1 No discutas con un hombre poderoso: podrías caer en sus manos. 2 No te querelles con un hombre rico: podría echar su peso en la balanza. 3 No discutas con un hablador: sería echar leña al fuego. 4 No bromees con el hombre grosero: acabaría insultando a tus antepasados.
5 No hagas reproches al pecador arrepentido; acuérdate que todos somos culpables. 6 No desprecies al hombre en su vejez; también seremos viejos un día. 7 No te alegres de la muerte de alguien: acuérdate que todos moriremos.
8 No desdeñes las palabras de los sabios, recuerda a menudo sus preceptos: aprenderás de ellos a vivir y servir a los grandes. 9 No te apartes de la doctrina de los ancianos, pues ellos la aprendieron de sus padres; abrirán tu inteligencia y te harán capaz de responder oportunamente.
10 No excites al pecador: podrías quemarte en sus llamas. 11 No impacientes a un hombre de mal carácter: falsearía tus palabras y de allí sacaría pretexto.
12 No prestes a uno que tiene más poder que tú: si le has prestado, dalo por perdido. 13 No sirvas de aval de alguien más allá de tus medios: si lo has hecho, prepárate a pagar. 14 No presentes demanda judicial contra un juez: en vista de su posición, fallarán en su favor.
15 No salgas a caminar con un hombre temerario, no sea que te doble la mano. Como él actuará según su antojo, sus locuras los perderán a ambos. 16 No discutas con un hombre violento, no te quedes con él en un lugar solitario. Porque no tendrá escrúpulos en derramar sangre, y viéndote indefenso, se te echará tal vez encima.
17 No tomes tu decisión en presencia de un tonto: no guardará el secreto. 18 No hagas lo que debe permanecer secreto en presencia de un desconocido: no sabes cómo reaccionará. 19 No abras tu corazón a cualquiera: no cuentes con que sabrá agradecértelo.