¿Dame un abrazo? Cuando Dios llama…

“Estaba en el Comisariado de Torpignattara en Roma y me pidieron que vigilara, pendiente de instrucciones, a un joven menor que había cometido un robo. Estábamos en la misma habitación y comencé a hablarle sobre los motivos de su acción (era la primera vez que cometía un delito). Recuerdo todo de ese momento: empezó a llorar diciendo que tenía miedo, lloraba amargamente, tenía miedo. Lo escuché, le entregué un pañuelo: realmente parecía indefenso. En cierto momento, sin dejar de llorar, me dijo: «Tengo miedo, ¿me das un abrazo?». Respondí que no. No pude, estaba de uniforme. Pero, después de todo, ¿qué me había pedido? ¡Un abrazo! Un gesto que es una de las primeras formas de comunicación con el mundo: un bebé recién nacido se coloca en los brazos de la madre; es calor, es continuidad de amor, es ternura, es custodia. Pero dije que no. De vuelta a casa, me miré al espejo y dije: “¿En quién te estás convirtiendo?”».
Así, Sor Tosca, de las Hermanas Apostólicas -una de las Congregaciones fundadas por el Beato Giacomo Alberione (1884-1971)- reconstruye el momento en que el Señor la llamó. En esa comisaría, con esa menor asustada. Su historia, tan luminosa como inédita, ha llegado también a las páginas del Osservatore Romano (articulo), tocando el corazón mismo de la Iglesia.
«Quien nos ayudará a comprender quiénes estamos llamados a ser está a nuestro alrededor, son las situaciones de la vida, es esa “estrella” que nos orienta, nos conduce, nos guía desde fuera. Creo firmemente que la vocación es algo que comprendemos mientras vivimos, mirando la realidad en la que vivimos, la pobreza que nos rodea. Para mí, al menos, fue así: encontré a Dios en los rostros y en las historias de los pobres: me inclino ante ellos. Y doy gracias a Dios».
Vea el video de la entrevista de “Siamo Noi”.