SOBICAIN

Centro Bíblico San Pablo

SOBICAIN / Centro Bíblico San Pablo

Biblia Latinoamérica

Segundo viaje a Egipto

1 La escasez de alimentos seguía muy grande en el país,2 y cuando se acabó el trigo que habían traído de Egipto, su padre les dijo: «Vuelvan a comprarnos un poco de comida.»3 Judá le contestó: «Aquel hombre nos dijo bien claro que no nos admitiría en su presencia si no iba con nosotros nuestro hermano.4 Si mandas a Benjamín con nosotros, entonces iremos a buscar provisiones,5 pero si no lo mandas, no bajaremos, porque aquel hombre nos dijo: «No verán mi cara si no está con ustedes su hermano el más pequeño.»6 Dijo entonces Israel: «¿Por qué, para desgracia mía, le dijeron a ese hombre que tenían otro hermano?»7 Ellos contestaron: «Aquel hombre nos interrogó con tanta insistencia sobre nosotros y nuestra familia: ¿Vive todavía el padre de ustedes? ¿Tienen algún otro hermano? Y nosotros contestamos a esas preguntas. ¿Cómo ibamos a imaginar que nos diría: Tráiganme a su hermano?»

8 Entonces Judá dijo a su padre Israel: «Deja que el muchacho venga conmigo, para que podamos partir. Sólo así podremos seguir viviendo nosotros y nuestros hijos, en vez de morir.9 Yo respondo por él, pídeme cuenta de él. Si no te lo traigo de vuelta y no te lo muestro de nuevo, no me perdones jamás esta falta.10 Si no nos hubiéramos demorado tanto, a estas horas ya hubiéramos vuelto dos veces.»

11 Israel, su padre, les dijo: «Ya que no queda más remedio, hagan lo siguiente. Echen en sus bolsas algo de los productos del país: tragacanto, miel, goma, láudano, pistacho y almendras, y llévenselo como regalo a ese hombre.12 Tomen doble cantidad de plata y devuelvan el dinero que apareció en la boca de sus bolsas, tal vez se deba a una equivocación.13 Y tomen a su hermano menor para volver donde aquel hombre.14 Que el Dios de las Alturas les haga hallar misericordia ante ese hombre para que les devuelva a su otro hermano, y a Benjamín. En cuanto a mí, si pierdo a mis hijos, es que tenía que perderlos.»

15 Tomaron entonces los regalos y doble cantidad de dinero, y también a Benjamín, y bajaron a Egipto. Se presentaron ante José.

16 Cuando José vio que Benjamín estaba con ellos, dijo a su mayordomo: «Lleva a casa a estos hombres, haz matar algún animal y que se prepare un banquete, porque estos hombres comerán conmigo a mediodía.»17 El mayordomo hizo como José le ordenó, y llevó estos hombres a la casa de José.

18 Ellos se asustaron porque los llevaban a la casa de José, y comentaban entre sí: «Seguramente nos traen aquí a causa del dinero que nos fue devuelto la primera vez. Nos están preparando una trampa y nos van a asaltar; nos tomarán como esclavos y se apoderarán de nuestros burros.»19 Por eso, estando ya para pasar la puerta, se acercaron al mayordomo de José y le dijeron:20 «Perdón, mi señor, pero ya vinimos una vez a comprar grano,21 y cuando en la posada abrimos nuestras bolsas, el dinero de cada uno estaba en la boca de las bolsas. Contamos bien la plata y ahora la traemos aquí para devolverla.22 Y traemos además plata para comprar más comida. No sabemos quién puso el dinero en nuestras bolsas.»23 El mayordomo les dijo: «Quédense tranquilos y no tengan miedo. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha puesto ese tesoro en sus bolsas, pues yo recibí toda su plata.» Y en seguida les devolvió a Simeón.

24 El hombre los hizo entrar en la casa de José y les dio agua para que se lavaran los pies, y mandó dar forraje a sus burros.25 Ellos prepararon el regalo y esperaron a que José llegara al mediodía, porque habían oído decir que comería allí.26 Al entrar José en la casa, le ofrecieron el regalo y lo saludaron inclinándose hasta el suelo.27 El les preguntó cómo estaban; les dijo: «¿Está bien el padre de ustedes, aquel anciano de quien me hablaron? ¿Vive todavía?»28 Ellos respondieron: «Tu siervo, nuestro padre, está bien y vive todavía.» Y se arrodillaron, inclinándose hasta el suelo.

29 Entonces José, levantando la vista vio a su hermano Benjamín, hijo de su misma madre, y dijo: «¿Es éste el hermano menor del cual me hablaron?» Y le dijo: «¡Dios te bendiga, hijo mío!»30 José tuvo que salir rápidamente, porque se sintió muy conmovido por la presencia de su hermano y le vinieron ganas de llorar. Apenas entró en su habitación se puso a llorar.31 Después se lavó la cara y volvió. Tratando de dominarse, ordenó: «Sirvan la comida.»32 Se la sirvieron por separado: a él aparte, también aparte a ellos, y a los egipcios que comían con él también les sirvieron aparte. Es que los egipcios no pueden comer con los hebreos: de hacerlo, Egipto se tendría por deshonrado.

33 Se sentaron frente a él, empezando por el mayor de acuerdo a su derecho, y terminando por el menor, como corresponde a un joven, mirándose el uno al otro con asombro.34 Después separó para ellos porciones de lo que se le ponía delante, y la porción de Benjamín era cinco veces más grande que la de los demás. Y bebieron con él hasta que todos se sintieran muy alegres.

Seleccione un versículo para subrayar
Seleccione un versículo para hacer favorito
Seleccione un versículo para compartir
Seleccione un versículo o nota para comentar
Mándenos sus comentarios acerca de este verso o nota:

Para poder contestarle, por favor rellene los siguientes datos:

Seleccione un versículo para editar
Pinche en cualquier parte del texto de la nota para editarla
Pinche en cualquier parte del texto de la introducción para editarla
Seleccione un versículo para editar o añadir una lista de referencias
Edición de nota bíblica

Edición título de capítulo (en selector de capítulos)

(cuando pulse guardar cambios la página se refrescará automáticamente)

Título actual:

Edición de introducción

Edición de referencias

Versículo seleccionado:

Referencias para este versículo:

  • No hay referencias
Conózcanos
Contacto
Conózcanos
Contacto