1 ¡Ea, vamos! Bendigan al Señor
todos los servidores del Señor,
los que sirven en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
2 Alcen sus manos al Santuario
por las noches, y bendigan al Señor.
3 Que el Señor desde Sión te bendiga,
el que ha hecho los cielos y la tierra.
Canto de alabanza utilizado en el Templo quizá durante una ceremonia nocturna en la que los sacerdotes se turnaban para asegurar a Dios una alabanza permanente.
Jesús pasó harto tiempo, y a veces noches enteras, rezando por sus discípulos: «Jesús subió al cerro para orar solo...».
Podemos pensar en los compañeros de trabajo a quienes les toca turno nocturno, en los enfermos que no duermen, para que su trabajo, su fatiga y sus sufrimientos sean alabanza al Señor.