2 Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias, cuenten tus prodigios los que invocan tu nombre.
3 «Déjenme fijar la fecha y yo haré el juicio, yo impondré la justicia.»
4 Se derrumba la tierra con sus habitantes, mas yo soy quien afianzó sus columnas.
5 Digo a los arrogantes: «¡Ya basta de violencias!» y a los incrédulos: «No alcen los cuernos, 6 no levanten tanto su cornamenta ni lancen desafíos contra la Roca».
7 Pues, he aquí que viene, no del oriente ni del occidente, ni del desierto ni de las montañas, 8 pero sí viene Dios, que es el juez, para humillar a unos y ensalzar a otros.
9 En su mano el Señor tiene la copa de vino espumante y embriagador. La escancia y la vacian hasta la borra al beberla todos los malos de la tierra.
10 Yo podría alargarme, no terminaría, cantaré salmos al Dios de Jacob: 11 aserruchará los cuernos de los malvados, y se alzarán los cuernos de los justos.