SOBICAIN

Centro Bíblico San Pablo

SOBICAIN / Centro Bíblico San Pablo

El Antiguo Testamento: Dios educa a su Pueblo

 

1. Dios Creador. Dios de todos los hombres
10 El universo es obra de Dios: Gén 1; Is 44,24; Sal 8,4; Sal 18,24; Sal 32,6; Dios Creador de los Cielos y de la tierra: Gén 1,1; Gén 14,9; Gén 22; Dios crea de la nada: 2Mac 2,28.
11 Dios crea con Sabiduría: Sal 104,24; Dios crea mediante su Sabiduría: Pro 8,22 ; Pro 8,22; Sab 8,6; Sir 24,9; o mediante su Espíritu: Sal 33,6; Sal 104,30; Jdt 16,14. Dios crea con peso, número y medida: Sab 11,20.

Los apóstoles descubren que esta Sabiduría es el Verbo o Hijo de Dios: Jn 1,3; Col 1,16. Por él Dios dispone el desarrollo de la historia: Heb 1,2. Dios hace madurar la creación infundiéndole su Espíritu: Sab 1,1-7; Sab 10; Sab 11,20; Sab 12,2.

12 Dios nos ha creado en su Hijo: nos hace hijos «en él»: Gál 3,26-29; Gál 4,4-7; Ef 1,3-4. Y da vida a la persona humana con su palabra y su Sabiduría: Dt 8,3; Pro 8,1-21; Lc 1,50-55. Ejemplos en Ex 3; Jue 6; 1R 19,6-8; Is 6,8; Jer 15,19-21 ( Ver también 153-156 ).
13 El universo alaba a su Creador: Sal 18,2; Sal 148; Ba 3,34; Dn 3,56-80.
14 Dios gobierna el universo: Sal 33; Sal 96; Ap 4,1-10Dirige los acontecimientos para nuestro bien: Mt 6,31; Lc 12,5-7 Lc 12,5-7; Jn 16,23; Rom 8,28. Dios cuida de todas sus criaturas: Sal 104; Jon 4,11; Sab 11,23-26.
15 En el desarrollo del universo y la ejecución de los planes divinos intervienen criaturas espirituales llamadas ángeles: Za 1; Ex 23,23; Tobías; Dn 3,49; Dn 9,11.
16 Dios ha bendecido la humanidad y su desarrollo: Gén 1,28. Renovó su bendición después del pecado: Gén 8,21; Gén 9. Es Dios de todos los pueblos: Dt 33,3; Mal 1,11; y salvador de todos: Jon 4,11.
17 Dios castiga los pecados de los hombres (Ex 7,10), pero nunca deja de querer a los hombres: Gén 8,21.
18 Dios da signos a todos los hombres (He 14,17; Mt 2,1) y también les da profetas para interpretar esos signos: Núm 22,24; 1Sam 6; Jonás. Hay santos fuera del pueblo de Dios: Henoc (Gén 5,23), Melquisedec (Gén 14,18), Job y Daniel (Ez 14,14).
19 Sin embargo, para llevar a cabo su obra de salvación, no desde afuera, sino dentro del marco de la historia, y respetando las etapas necesarias, Dios se elige un pueblo suyo mediante el cual sus promesas llegarán a todos los pueblos: Gén 12,3; Gál 3,8 y Gál 14 (ver 37).

 

2. Dios concede a Abraham su Alianza
20 Primer paso de la Historia Sagrada: Dios llama a Abraham: Gén 12,1. El llamado de Dios a Abraham incluye una doble promesa: él le dará una descendencia (Gén 15,4; Gén 18,10) y una tierra: Gén 12,7.
21 Dios hace una Alianza con él. En adelante será el Dios de Abraham y sus descendientes para siempre: Gén 15,18; Gén 17,7; Is 51,2.
22 Esta Alianza hace de Abraham (y sus descendientes) el servidor de Dios y su obra en este mundo, para que la bendición de Dios llegue a todas las naciones: Gén 12,3; Gén 28,14.
23 En varias oportunidades Abraham demuestra su fe en las promesas de Dios, para el cual nada es imposible: Gén 15,1-6; Gén 22.
24 Dios deja en claro que se siente agradecido por la fe de Abraham (Gén 15,6) y por su obediencia (Gén 22,26 y Stgo 2,21) más que por el cumplimiento de cualquier práctica religiosa (Rom 4,3-4 y Rom 4,19-22).
25 La fe de Abraham lo hace amigo de Dios: Is 41,8; Dn 3,35; Stgo 2,23; y que vive con Dios más allá de la muerte: Lc 20,38.
26 Por su fe Abraham pasa a ser persona que cuenta a los ojos de Dios y es tomado en cuenta cuando él toma sus decisiones: Gén 19,17-33; Is 41,9; Is 43,1; Is 49,4.
27 La fe de Abraham indica el camino que, en adelante, se impondrá a todos los hombres para recibir las promesas de Dios: la fe en las promesas de Dios (Rom 4,20) el que puede incluso resucitar a los muertos: Heb 11,17-19.
28 La Alianza con Abraham es confirmada a sus descendientes: (Gén 28,10; Gén 32,23; Gén 49,28). Pero dicha alianza sigue siendo un favor de Dios y que se transmite, no a todos sus hijos por derecho de familia, sino a los que Dios designa: Gén 21,12; Gén 25,23; Rom 9,6-13.

 

3. Moisés y el Exodo. El Dios Libertador y Justo
30 Dios ve las humillaciones de su pueblo en Egipto (Ex 2,24 y Ex 3,7) y se acuerda de su Alianza con Abraham (Ex 2,24 y Ex 3,16). Dios llama a Moisés (Ex 3,1 y Ex 6,28) para liberar a Israel.
31 En la cultura hebrea, el que libera una cosa o una persona es el que la compra o la quita a su dueño para hacerla suya. Israel es liberado del poder de los egipcios para pertenecer a Dios: Ex 3,10 y Ex 3,12; Ex 19,4 y Ex 19,6; Ex 20,2 y Ex 20,3.
32 El Dios que libera a Israel le enseña su propio Nombre , o sea, algo de su misterio. Nombre con el que Israel lo invocará: Ex 3,14-15.

Yavé: Yo Soy. Ver com. de Ex 3,1 y Jn 8.

Yavé, El que Es, El que hace existir, el Dios que se fija en lo que no es y no cuenta, para humillar a los que se creen: 1Sam 2,4-8; Sal 113,7; Rom 4,17; 1Cor 4,17. Ver com. de Ex 3,4.

33 Yavé es el Dios Unico (Dt 6,4), al que no se puede figurar sin rebajarlo (Ex 20,4), totalmente diferente de todo lo que puede imaginar y forjar el hombre, o sea, de todo lo que se puede ver (Dt 4,12) y solamente por su palabra lo conocemos (Dt 4,12; Jn 5,38). Contra las imágenes: Dt 4,15 y com. de Is 46,5 y Ba 6.
34 Dios es Santo (Am 4,2; Os 11,9). La santidad significa vitalidad irresistible, pero muy interior, energía que devora y a la vez da vida. Dios es Santo, y Santo es su Nombre (Am 2,7; Lev 20,3; Is 57,15). Nadie puede soportar su presencia cuando se acerca (Ex 19,16; Is 16,1). El hombre no lo puede ver: Ex 3,2 y Ex 33,20; Jn 1,18; Col 1,15; 1Tim 1,17; com. de Gén 16,1. El hombre no puede juzgar sus actuaciones: Is 40,21; Ez 18,29; Job 38 y Job 42; Rom 11,33; 1Cor 2,9.
35 Dios es Celoso (Ex 20,5): no soporta que un extraño venga a profanar aquello que eligió o en que él se fijó, santificándolo por el hecho mismo (Núm 17,1). No soporta que sus empresas fracasen: Ez 36,22; Ex 32,12. No puede ceder su gloria a otro: Is 48,11. Fuego devorador y Dios celoso: Dt 4,23; Heb 12,29.
36 Dios es Justo. Perdona el pecado, pero no lo deja sin castigo: Ex 20,5; Jue 2,13-22; 2Sam 12; Jer 3; Os 2,3. Saca a luz los pecados: Jos ; 1R 21,20; Is 22,14; Mt 12,37. Dios es justo y sus mandamientos nos exigen ser justos: Ex 20,1-17. Ver 50.
37 El Dios Unico, Santo, Celoso y Justo es un Dios que actúa dentro de la historia y pide a los suyos actuar en la historia, a diferencia de los otros dioses que son dioses de la naturaleza (ver com. de 1R 17). El Dios Libertador (Ex 14;Ex 15; Ex 16 y Ex 17) también exige la conquista de la Tierra de Canaán: Ex 34,11-13; Núm 14 y com. de Ex 32.

En adelante la religión de Israel, en vez de recordar sólo cosas del pasado, esperará nuevas liberaciones (Jue 4,6: 1Sam 17; 2R 18,19; 1Ma 4; Lc 1,73; He 1,6) y se fijará nuevas metas: Is 40,42; Is 65,66; Za 8,20-23; Dn 7,26-27; He 1,8.

38 En el Sinaí Dios celebra una Alianza con el pueblo que será su servidor para actuar dentro de la historia: Is 49,1-9; Sal 2; Sal 149,6-9.

Los hace pueblo de sacerdotes y nación consagrada: Ex 19,6; Ex 24,3-11; 1P 2,9.

Renovación de la Alianza: Jos 8,30; Jos 24; 2R 23,21; Ne 8. Hacia una Nueva Alianza: Jer 31,31; Ez 36,22; Mal 3,1.

39 La tradición hebrea considerará a Moisés como el primero de los profetas (Dt 18,18-20; Dt 34,10-12). Afirma que fue el primero en conocer el verdadero rostro de Dios: Misericordioso y Clemente, rico en Amor y Fidelidad: Ex 34,1-9.

 

 

4. Tiempo de los Reyes
a) Los primeros profetas enseñan que Dios es Amor y Fidelidad
40 A partir de David se desarrolla el profetismo en Israel. Los profetas afirman que Dios es Amor y Fidelidad, en especial en el Deuteronomio.
41 Amor y Fidelidad: refrán del salmo 89: vers. 2,3,15,25,29,34,50. Dt 7,9; s2 2,6.

Amor (o Favor , o gracia) de Dios para Israel. Lo escoge sin mérito suyo: Dt 7,7; Dt 9,5; Dt 10,15. Le da la Tierra (la tierra de Canaán) en herencia: Dt 4,1; Dt 4,38; Dt 6,10. Y lo hace hijo suyo: Dt 32,5-6; Os 11,1; Is 1,2.

Le da prosperidad en la Tierra: Dt 7,12-15; Dt 8,18-19. Israel guardará los dones de Dios si cumple y ama a Dios: Dt 4,40; Dt 6,10-19; Dt 11,12-21.

42 Si Israel falta a Dios, él le quitará prosperidad y Tierra: Dt 4,24-31; Dt 28,15-68. Pero Dios, siempre fiel, convertirá a Israel después de castigarlo: Dt 30,1-10Un resto de Israel se salvará (ver 1R 19,18  y 60,69 ). El destino de Israel, elegido, castigado y restaurado: Dt 32Entonces los amaré: Os 14,5.
43 Amor (o Favor) de Dios a David. Le entrega el Reino y lo hace hijo suyo: 2Sam 7,12-16. En Israel, solamente los reyes eran considerados hijos de Dios: 2Sam 7,14; Sal 89,27-28; Sal 2,7. Por amor a David, Dios mantiene a sus descendientes: 1R 8,25; 1R 11,34.

Por sus faltas ellos merecen que Dios los rechace: Jer 22,24. Pero él, misericordioso y fiel, establecerá nuevamente un descendiente de David ( ver 60 – 69).

44 Fidelidad Verdad: en hebreo es la misma palabra, y es equiparada a amén, que significa: ¡es verdad! (2Cor 2,18-20). Toda palabra de Dios es fiel y se cumplirá: 1R 8,26; Ne 9,33. La fidelidad de Dios con Israel no puede desmentirse: Rom 11,28; Rom 15,8.
45 Los reyes deben conformar su política a las exigencias de la Alianza (Dt 17,16-20; 1R 13; 2R 9,6-10). Mientras los sacerdotes condenan las desobediencias a la Ley de Dios (2Cro 26,16), los profetas se fijan en las iniciativas que desmienten el espíritu de la Alianza: 2Cro 20,36; 2Cro 25,15.

 

5. Tiempo de los Reyes
b) Los grandes profetas hablan de Amor, de Justicia y de Humildad
50 Amarás a Dios con todo tu corazón, toda tu alma (Dt 6,4). El amor a Dios, actitud interior, vale más que el culto: Os 6,6 y los sacrificios costosos: Mi 6,7-8; Jer 2,2.
51 El amor verdadero procede del conocimiento de Dios: Is 1,3; Jer 31,34; Os 2,22; Os 3,5. Conocer a Dios es reconocer su manera de actuar en los acontecimientos: Is 1,1-6; Is 22,8-14; Is 28,23-29; Is 30; Is 31,1-9; Is 42,18-25; Jer 6,10-16; Am 4,4-13; y escuchar a sus profetas: Is 6,9-12; Is 8,11-18; Is 41,21-29; Jer 13,15-17; Am 5,6-8; Za 7,9-12.
52 Amor y conocimiento de Dios serán los frutos de la Nueva Alianza, interior y don de Dios: Jer 31,31; y obra del Espíritu: Ez 36,27-30; Jl 3,1-2; alianza de Dios con los humildes y pobres de espíritu: So 3,11.
53 La Alianza debe tornarse en un verdadero matrimonio. Israel, novia de Yavé: Is 54; Is 61,10; Is 62,1-5. Israel comparado a novia infiel: Os 2; 2,3; Ez 16 y Ez 23. Las futuras bodas en el Amor y la Fidelidad: Os 2,20-25; Jn 1,17; Ap 21,2-4; Ap 21,9.
54 Dios, Justo y Santo, exige la Justicia social. Volver a una sociedad igualitaria y fraternal: Jer 34,8-19. El rico es un opresor: Is 5,8-9; Mi 3,9-11; Mi 2,9. La desigualdad, fuente de violencia: Is 5,7; Ez 22,23-25; Ez 24,6-8; Am 5,7-13; Mi 2,1-5. Las leyes injustas: Is 10,1-2; Am 5,7 .
55 Dios odia el orgullo procedente del dinero: Is 2,6-22; Is 3,16-24. Odia el orgullo procedente del poder: Is 14,5-21; Is 36,22-29; Is 47; Ha 2,6-13.
56 Dios prepara un Juicio destructor, llamado Día de Yavé: IS 1,24-28; Am 5,14-21; So 1,14-18 ; So 3,1-8. Un Juicio que restablecerá la justicia: Is 2,1-5; Is 4,2-6; Ez 34; y dará la paz definitiva: Is 9,1-7; Is 11,1-9; Is 32,15-20. Prepara una Ciudad de Justicia: Is 1,26; Is 60; Za 8,1-17. Y un triunfo de los humildes: Is 26,1-6; So 3,12-18. Y un consuelo a los oprimidos: Is 61,1-3.
6. El Dios Redentor y su Mesías
60 La palabra Redención significa en la Biblia lo mismo que Liberación. Uno libera algún objeto o persona que estaba en poder de otro, para hacerlo suyo: es un poco como comprar. Ver en Lev 25 la redención de los esclavos y las tierras empeñadas. Más todavía: Rut 2,20; Rut 3,12; Rut 4.
61 Dios Redentor saca a su pueblo del poder de los extranjeros: Jue 2,13-17; Dt 4,34; Ex 20,1; Ex 3,8. Después de la primera liberación de Egipto y numerosas liberaciones (Jue 3; Jue 4; 1Sam 7; 2R 19) se acredita en tiempos del Destierro la idea de que se acerca una liberación definitiva: Is 40; Is 41,8; Is 43,1-7.
62 También Dios hizo esperar que, salvando a su pueblo, daría paz a toda la tierra: Gén 12,3; Is 49,6. Esta esperanza tomó forma con el rey David: Israel creyó haber encontrado en este ungido (o Mesías ) el rey perfecto. A él se refieren Gén 49,10; Núm 24,7 y Núm 17.
63 Luego consideraron a David y sus descendientes como revestidos de un carácter sagrado, esperaron la venida de un Mesías semejante a David: Sal 132; Sal 72; Jer 30,9. Pero también entendieron que el Mesías aventajaría a todos los soberanos de la tierra y establecería el reino de Justicia y paz: Is 4,2; Is 9,1-7; IS 11,1-9; Sal 2; Sal 110.
64 Durante el Destierro el autor de la 2ª parte de Isaías ve en la minoría más creyente de Israel el Servidor de Yavé, instrumento de su salvación: Is 49,1-6; Is 50,1-9; Is 52,13Is 53,12.

La figura de un Mesías sufrido aparece también en Za 12,10-12.

65 En Dn 7,13 el Hijo del Hombre, que viene de Dios mismo, era tal vez una figura del Pueblo Santo (7,27). Pero Jesús lo considerará como un anuncio de él: Mt 24,30 y Mt 26,64.
66 Varios textos de la Biblia nos dejan en la duda: ¿no será Dios mismo el que visitará a su pueblo para encontrarse con aquellos que lo esperan? Is 25,6-10; Is 52,7-12; Is 63,19; So 3,14-18; Za 2,14-17.
67 Cuando la Biblia habla del Pastor que regirá a Israel, designa a veces al Rey Mesías (Jer 23,4; Mi 5,4; Za 13,7, a veces a Dios (Is 40,1; Mi 7,14; Cant 2,16; Sal 23,1; Sal 28,9; Sal 80,2) y fácilmente asocia el uno al otro: Ez 34,11-25.

 

7. Los tiempos del Judaísmo: la religión de la Ley
70 La Ley designa a veces el conjunto de leyes de la Biblia (Mt 22,36), a veces la misma Biblia (Jn 12,34), a veces la religión judía (Gál 2,19). La Ley y los Profetas, o La Ley, los Profetas y los Salmos, son dos expresiones para designar la Biblia (Mt 7,12; Lc 24,44).
71 La Ley manifiesta dos exigencias principales: Justicia y Santidad. Santidad, o sea, respeto a Dios y las reglas de pureza. La primera se nota más en los Diez Mandamientos de Moisés (Ex 20,1-17). La segunda en los Mandamientos de Dios, tal como están en Ex 34,10-26.Leyes de Justicia: Ex 21,22; Lev 16,18-20; Lev 19,10-18 y Lev 19,35-36; Dt 19 y Dt 24.Leyes de santidad: Lev 17Lev 18; Dt 23.
72 La Ley era a la vez expresión de la voluntad de Dios y expresión de la cultura judía. En ella se nota el esfuerzo de Dios para transformar las costumbres de Israel y educar a los creyentes: Ex 15,15; com. de Lev 8,1; Lev 11,1; Lev 24,17.
73 La Ley distingue días comunes y días consagrados a Dios. El sábado: Gén 2,3; Ex 20,8; Ex 23,12; Ex 24,21; Núm 15,32; Núm 28,9-10. Las lunas nuevas: Núm 28,11-15.

Las tres fiestas de la Pascua, de las Semanas (Pentecostés) y de los Tabernáculos (de las Chozas): Dt 16; Ex 23,14-17; Lev 23; Núm 28,11-31; Núm 29,1-6 y Núm 12,39.

Sobre la Pascua en especial: Ex 12,1-27v y Ex 43,51.

El Día del Perdón: Lev 16; Núm 29,7.

74 La Ley determina lo puro y lo impuro , o sea, las condiciones para participar en el culto divino (Lev 15,31).

La Circuncisión: Gén 17,9-14; Ex 12,48.

Pureza en la vida sexual: Lev 12,1-8; Lev 15.

Enfermedades: Lev 13,14.

Contacto de muertos y de animales impuros: Lev 11,24-40; Lev 21,1-12; Lev 17,15-16.

No mezclar materias o aparejar animales de dos razas: Lev 19,19.

75 La Ley prohíbe ciertos alimentos:

76 La Ley contiene una moral sexual: Ex 21,7-11; Lev 18Lev 20,11-21; Lev 21,13-15; Dt 22,13-30.
77 La Ley enseña la solidaridad dentro del pueblo de Dios:

78 La Ley enseña el don a Dios y sus sacerdotes:

 

8. La enseñanza de los Sabios
80 La Biblia hace de Salomón el primero y el modelo de los sabios: 1R 4,29-34; Sir 47,14. El sueño y el juicio de Salomón: 1R 3. Se le atribuyen varios libros de sabiduría posteriores a él: Pro 1,1; Ecl 1,1; Sab 9,12.
81 La sabiduría significa: Inteligencia práctica para regir su casa y alcanzar el éxito: 1R 10,6; Ez 28,1-7. Luego, esfuerzo para educarse y ser hombre responsable: Pro 1,20-27; Pro 9,1-5. Después, capacidad para ordenar su vida de acuerdo con la Ley de Dios: Pro 16,1-11; Sir 15,1-5; Sir 24,23-30.
82 ¿Cómo adquirir la sabiduría? La sabiduría es don de Dios: Sir 1,1; Sab 6,14-16; Sab 9,1-6. Se encuentra en los dichos de los sabios y la meditación de sus proverbios: Pro 1,6; Pro 13,20; Sir 6,34-36. En la dominación de los caprichos: Sir 11,1-10; Sir 23,1-7; Pro 16,32. En la perseverancia en las pruebas: Sir 2,1-14 y en el estudio: Sir 6,23-33. En la meditación de la Ley: Sir 32,7-24; Sir 39,1-11; Sir 51,17-21; Sal 119. En la reflexión sobre la experiencia: Ecl 1,12-18; Ecl 2,1-11; Sir 34,9-11.
83 Los sabios preguntan: ¿qué es el hombre? La casi totalidad del Antiguo Testamento se escribió entre judíos de cultura hebrea y expresa los conceptos de dicha cultura. Esta no distinguía en el hombre, como lo hacemos nosotros, una parte espiritual, o alma, y una parte material o cuerpo, sino que veían el hombre como uno solo y, al hablar de la carne, del cuerpo, del corazón, designaban sus varios aspectos. El hombre es llamado carne y sangre por cuanto es criatura mortal. Se llama alma por cuanto es ser viviente. El alma significa aliento (Gén 2,7 y Gén 7,22) y los judíos identificaban fácilmente el aliento con la vida (Sal 104,29). Además, creían que la vida estaba en la sangre (Lev 17,10-14). El espíritu designa su abertura a Dios. El corazón designa lo interior del hombre, no solamente sus sentimientos, sino su mente y su conciencia. Muy a menudo mi alma debe traducirse: mi persona, mi vida, o yo.

A diferencia de los animales, el alma del hombre recibe algo del Espíritu, o soplo de Dios (Gén 2,7). El espíritu es a la vez espíritu del hombre y Espíritu de Dios en el hombre (Ecl 12,7).

El hombre es libre y responsable de sus actos: Sir 15,11-21 y Sir 17,3-14.

El hombre es pecador desde su nacimiento (Sal 51,7; Job 10 y Job 13). Este peso del pecado sobre él es el resultado del pecado de sus antepasados: él lleva las consecuencias de sus errores: Gén 3; Jer 31,29; Lam 5,7; Sal 106,6; Tob 3,3.

El mal profundo del hombre es la muerte : Job 14; Ecl 3,18-22; Ecl 6,1-10; Ecl 8,7; Sir 42,9-14.

84 ¿Cómo debe ser la pareja? Se afirma la igualdad del hombre y de la mujer en el comienzo de la Biblia: ver los comentarios de Gén 1,26 y Gén 2,20. Pero eso va en contra de toda la corriente de la cultura hebrea, que es muy machista. La inferioridad de la mujer, reconocida por la Ley (Dt 24,1; Núm 5,11; Lev 27,3-7), es aceptada por los sabios: Ecl 7,27-28. La hacen responsable de los pecados del hombre (Pro 7,5-27; y piden vigilarla: Sir 42,9-12; Sr 25,15-26) y la elogian por cuanto sirve bien al señor marido: Pro 31,10-31; Sir 36,23-26. Solamente el Cantar reconoce su igualdad en el amor.
85 El trabajo y el esfuerzo del hombre son la condición de su superación: Pro 6,6-11; Pro 27,23-27; Sir 7,15. El trabajo ocupa al hombre (especialmente al esclavo) y lo disciplina: Sir 33,25-28. El trabajo no es todo en la vida: Ecl 2,4-11; Ecl 4,7-12.
86 En cuanto a las relaciones sociales, el orden social es aceptado con sus distinciones entre ricos y pobres, reyes y súbditos: Ecl 5,7-8; Ecl 4,1-3; Sir 8,1-3. El rey es respetado como representante de Dios: Pro 16,10 y Pro 24,21. Pero su compañía es peligrosa (Ecl 8,2-4; Sir 13,9-10) y se temen sus caprichos: Sir 16,12-15. Se debe vigilar a los inferiores (Sir 33,25-30) y a los jóvenes, desconfiar de su libertad y educarlos con firmeza: SIR 30,1-13.
87 Para agradar a Dios, el hombre debe ser humilde (Sir 10,6-26), misericordioso (Sir 28,1-7) y debe ser generoso con los pobres (Job 30 y Job 31; Sir 4,1-10; Sir 29,1-13).
88 ¿Cómo premia Dios al justo? Los sabios del Antiguo Testamento no sabían todavía del más allá (Ecl 3,17-22; Ecl 8,7-8; Sir 17,27-30). Por eso, sabiendo que Dios es justo, se esforzaban por averiguar la retribución divina en la presente vida. Dios es justo y no deja a los malos sin castigo (Job 18 y Job 20). Premia a los suyos, si no con dinero y larga vida (Pro 10,22-30; Pro 11,20-21; Pro 13,21-23), a lo menos dándoles paz y seguridad. Puede probarlos (Job 36; Sab 3,1-6), pero al final les devolverá: Sab 3,5; Sir 1,23; Sir 11,21-26. Sin embargo, algunos hacen resaltar las numerosas excepciones a esta retribución: Job 21 y Job 24; Ecl 7,15-16; Ecl 8,11-14 ( ver también en 90-92 ).
89 Sabiduría de Dios y sabiduría del hombre. Los sabios reconocen poco a poco en la Sabiduría de Dios algo que es como distinto de él, aunque uno con él: Pro 8,22 y Pro 30. Por medio de ella Dios creó el universo (Pro 8,22-30; Sir 24,3-4) y ella reluce en él: Sir 43. Ella asegura el desarrollo del plan de salvación: Sab 10 y Sir 24,9-29. Sabiduría que supera totalmente la mente humana (Job 9 y Job 28; Ecl 3,10) y solamente se comunica por revelación de Dios (Ba 3,9-29 y Ba 4,1-2; Sir 24,8-12 y Sir 24,23-25). La sabiduría es alimento salido de la boca de Dios: Dt 8,3; Pro 9,5; Sir 24,3 y Sir 24,19; Sal 9,11 y Sal 81,17.

 

9. La Resurrección y el más allá
90 Según enseña Jesús (Lc 24,27), toda la Biblia anunciaba la resurrección. Con sólo hablar de una Alianza de Dios vivo con el hombre mortal, daba a entender que debe compartir con él la vida para siempre: Ex 3,6 y Mc 12,26; Sal 16,11; Sal 23,6; Sal 73,25-26.
91 Pero eso no lo veían los creyentes del Antiguo Testamento, que solamente hablaban de una sobrevivencia triste y fantasmática en el Seol, o Lugar de los Muertos: is 38,18-19; Sal 88,12-13; Sal 115,17-18.
92 La persecución del tiempo de los Macabeos obligó a reflexionar sobre la suerte de los mártires y llegó a ser evidente que no habría justicia de Dios si él no los levantara (los resucitara) para una vida feliz en su presencia. Como la cultura hebrea no distinguía cuerpo y alma ( ver 83 ), afirmaron que el hombre surgiría del polvo, o volvería a tener vida en el momento del Juicio: Dn 12,2; 2Ma 7.
93 Pero en ese mismo tiempo penetró en Israel la cultura griega, la cual consideraba en el hombre algo material, el cuerpo, y el alma (que lo anima), muchas veces distinta del espíritu, que busca la verdad y el bien: 1Tes 5,23. Por eso, el último de los libros del Antiguo Testamento, la Sabiduría, afirma que el alma (o el espíritu) del hombre es inmortal y encuentra a Dios en la muerte: Sab 2 y Sab 3. Esta certeza se encontrará luego en todos los libros del Nuevo Testamento: Mt 10,28; 2Cor 5,1-8.

 

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