Rávena: El Evangelio relatado con el oro y la piedra.

Los turistas que en Rávena recorren el circuito de las basílicas paleocristianas, declaradas como Patrimonio de la humanidad en 1997 por la Unesco, han sido siempre un peregrinaje. De hecho, es imposible acercarse a la belleza ilimitada de los famosos mosaicos, que ya hemos aprendido a amar en los libros escolares, sin comprender, al menos parcialmente, su profundo valor teológico y de fe. «Es el Evangelio según Rávena«, explica Don Ennio Rossi, director de la Obra Religiosa de la Diócesis, que gestiona directamente cinco de los ocho sitios de la Unesco, a saber, la basílica de San Vitale, el baptisterio Neoniano, el mausoleo de Galla Placidia, Santa Apollinare Nuovo y la capilla de Sant’Andrea. La basílica de Sant’Apollinare in Classe, el mausoleo de Teodorico y el baptisterio de los arrianos, por otro lado, son administrados por la Superintendencia. Es un Evangelio contado con oro y piedra, en un universo donde se respira el cristianismo de los orígenes y las palabras de los Padres de la Iglesia, un poco como asistir a una homilía de San Ambrosio o San Agustín.

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