SOBICAIN
Centro Bíblico San Pablo
SOBICAIN / Centro Bíblico San Pablo
El año 129 AC, el rey de Pérgamo, Atala II, deja como legado su reino a Roma, quien lo transforma en la “provincia de Asia”. Debido a revueltas provocadas por un descendiente de Atala, frustrado por ese legado, Roma transfiere la capital de la nueva provincia a Efeso.
Los piratas que se cobijan en los puertos de Cilicia inquietan a Roma, la que envía una expedición el 102 a.C. Las bases de los piratas son aniquiladas y Cilicia se convierte en una provincia romana. Cuando Pompeyo interviene en Oriente debido al rebrote de la piratería en Cilicia, restablece el orden y la provincia. A mayor escala, Pompeyo reorganiza toda el Asia Menor, estableciendo la provincia de Bitinia y del Ponto agregando a Bitinia, la que Roma había recibido como legado de su último rey Nicomedes III el 74 A.C., la región occidental del reino del Ponto que acababa de conquistar. Entrega la parte oriental del Ponto a Galacia, la que seguirá como reino aliado de Roma hasta el 25 A.C, cuando fue anexada para pasar a constituir junto con la Licaonia, de la que formaban parte Iconio, Listra y Derbes, la provincia romana de Galacia. Siempre dentro del marco de esa reorganización del Asia Menor, Pompeyo otorga a la Comagenes la condición de “Reino Amigo” de Roma. Sin embargo, ésta fue anexada por Tiberio el 17 después de Cristo. Ese mismo año Capadocia, que desde el 94 A.C. estaba bajo el protectorado de Roma, se transforma en provincia romana.
La Licia, que había estado bajo el control de Rodas luego de la caída de los Seléucidas, es la última en entrar a formar parte del imperio romano; es anexada y agregada a la Panfilia (provincia desde el 24 A.C.) por el emperador Claudio el 43 después de Cristo.
De ese modo Roma se fue apoderando poco a poco de los antiguos pequeños reinos nacidos de la destrucción del imperio seléucida en Asia Menor, después de la derrota de Antíoco III en Magnesio del Sipile (189 A.C.) a manos de Escipión el Asiático.