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Confianza filial en Dios.
Oración sencilla y humilde, llena de confianza, que hace pensar en la tranquilidad de un niño en los brazos de su mamá. ¿No es esa la actitud que alaba Jesús? ¿Acaso Dios no sería tanto madre como es padre?
1 Señor, mi corazón no es engreído
ni mis ojos altaneros:
no he tomado un camino de grandezas
ni de prodigios que me superaran.
2 Al contrario, tranquila y en silencio
he mantenido mi alma,
como un niño saciado que se aprieta a su madre;
mi alma en mí nada reclama.
3 ¡Que Israel cuente con el Señor,
desde ahora y para siempre!
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