1 ¿Por qué el Todopoderoso no se entera de lo que sucede se parece a la espuma de las aguas,
y sus fieles no comprueban su justicia? y evita el camino de las cumbres,
2 Los malvados cambian los linderos, 19 Un calor sofocante evapora sus aguas
llevan a pastar rebaños robados. y quema lo que queda de su trigo.
3 Se roban el burro de los huérfanos, 20 El seno que lo formó se olvida de él,
y confiscan el buey de la viuda. y su nombre no se recuerda más:
9 Se arranca al huérfano del pecho materno, la maldad ya no es más que un árbol cortado.
se toma en prenda el hijo del pobre. 21 Pues maltrataba a la mujer sin hijos
Los mendigos tienen que apartarse del camino, y no atendía a la viuda.
todos los pobres del país han de esconderse. 22 Hay Uno que con su fuerza agarra a los poderosos,
Como los burros salvajes en el desierto, que si se levanta, nadie podrá escaparse.
salen desde la mañana a buscar su alimento, 23 Dios permitió que progresara seguro,
y a la noche no tienen pan para sus hijos. pero vigilaba sus caminos.
Salen de noche a segar el campo 24 Se encumbró por un instante, y ya no existe,
y a vendimiar la viña del malvado. se ha marchitado como espiga cortada.
Pasan la noche desnudos, sin tener qué ponerse,
sin un abrigo contra el frío.
Están empapados por la lluvia de las montañas,
sin tener donde guarecerse se sujetan a las rocas.
10 Andan desnudos, sin ropa,
y sienten hambre mientras llevan las gavillas.
11 Mueven el molino para exprimir el aceite
y pisan la uva de los lagares, pero quedan con sed.
12 En la ciudad gimen los moribundos,
y los heridos piden socorro,
pero Dios no atiende a sus súplicas.
14 De madrugada se levanta el asesino
para matar al pobre indigente.
15 Luego el adúltero espera el anochecer,
dice: “Ahora nadie me verá”,
y pone un pañuelo sobre su rostro.
16 asalta las casas que notó en el día
y perfora sus muros en la oscuridad.
Todos son enemigos de la luz,
que no conocieron sus caminos,
y no volverán por sus senderos,
17 La mañana es para ellos tinieblas
y al salir el sol los asusta.
25 Si no es así, ¿quién me desmentirá
y rebatirá mis palabras?»
Una terrible acusación contra Dios, que sigue callando cuando ante su mirada están los oprimidos. Pocos profetas han expresado con más fuerza el horror de la maldad humana.
Los pobres del país han de esconderse (4). Bien es cierto que los medios de comunicación se han abierto a la miseria universal y tal vez debemos ver en esto que sea uno de los efectos del Evangelio (como también el hecho de que las otras religiones se han abierto a estas perspectivas en los últimos años). Pero no por eso se puede negar que cada país disimula sus pobres y que los ricos viven tan aparte que encuentran muy pocos pobres en su camino. Pero esto no sería nada si Dios también no pareciera ignorarlos a veces (y aceptar que la Iglesia frecuentemente olvide de ofrecerles el Evangelio).
Este párrafo parece estar aquí fuera de lugar. El Dios de la luz deja que haya en la tierra zonas oscuras en que actúan los hijos de las tinieblas.
El párrafo 24,18-23 viene a continuación de 27,13.