5 Las sombras tiemblan debajo de la tierra,
las aguas y sus habitantes se estremecen.
6 El reino de la muerte no le está oculto,
el lugar de los muertos está descubierto ante él.
7 El extiende el norte sobre el vacío,
suspende la tierra sobre la nada.
8 Encierra la lluvia en los nubarrones
y la nube no se rasga con el peso.
9 El cubre la cara de la luna llena
y le da por velo sus nubes,
10 encierra las aguas en el cerco del horizonte,
que es el límite de la luz con las tinieblas.
11 Las columnas del cielo se tambalean
y se llenan de miedo cuando amenaza.
12 Con su poder dividió el mar
y con su inteligencia aplastó a Rahab.
13 Su soplo ha despejado los cielos,
su mano traspasó la Serpiente huidiza.
14 Esto es sólo el exterior de sus obras,
sus ecos tan sólo percibimos.
¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?»
Job respondió con estas palabras:
“¡Qué bien sabes ayudar al débil
y socorrer al inválido!
¡Qué buenos consejos das al ignorante,
qué profundo conocimiento has demostrado!
Pero ¿a quién van dirigidas tus palabras
y quién te las inspiró?»
El párrafo 26,1-4 viene al final del capítulo 26.