1 Cuando el Señor hizo volver
a los cautivos de Sión,
nos parecía estar soñando;
2 nuestra boca se llenaba de risa
y nuestra lengua de gritos de alegría.
Entonces entre los paganos se decía:
«¡Qué grandes cosas no ha hecho el Señor por ellos!»
3 Sí, grandes cosas ha hecho el Señor por nosotros,
rebosábamos de gozo.
4 Haz que vuelvan, Señor, nuestros cautivos,
como riachuelos en tierras áridas.
5 Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre gritos de alegría.
6 Se van, se van llorando
los que siembran la semilla,
pero regresarán cantando
trayendo sus gavillas.
Oración a la vuelta del destierro, que fue la gran prueba del pueblo. Expresa la alegría por el fin del cautiverio, algo que les parecía increíble: Nos parecía estar soñando.
¿Cómo no pensar en el canto de acción de gracias de la Virgen María: «El Señor ha hecho en mí maravillas, santo es mi Dios», o en la oración de Pedro al salir de la cárcel? (Hechos 12,9-11).
Hay muchos en el mundo de hoy que siembran entre lágrimas; no es el mismo el que siembra y el que cosecha.