2 Dijo en su corazón el insensato: «¡Mentira, Dios no existe!» Son gente pervertida, hacen cosas infames, ya no hay quien haga el bien.
3 Se asoma Dios desde el cielo, mira a los hijos de Adán, para ver si hay alguno que valga, alguien que busque a Dios.
4 Pero todos se han descarriado, y se han corrompido juntos. No queda ni un hombre honrado, ni uno de muestra siquiera.
5 ¿No comprenderán esos malhechores que comen a mi pueblo como se come el pan?
¡No le han pedido a Dios la bendición!
6 ¡Mira cómo se asustan de repente! Les cae una desgracia inesperada.
Dios dispersa los huesos del renegado; todos se ríen de ellos: «¡Cómo Dios los ha rechazado!»
7 ¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel?
Cuando a su pueblo Dios traiga de vuelta, habrá alegría en Jacob, Israel será colmado.
Este salmo es casi idéntico al Salmo 14.