Enseñanza Bíblica
El Antiguo Testamento: Dios educa a su Pueblo
| 1. Dios Creador. Dios de todos los hombres | |
|---|---|
| 11 | Dios crea con Sabiduría: Sal 104,24; Dios crea mediante su Sabiduría: Pro 8,22 ; Pro 8,22; Sab 8,6; Sir 24,9; o mediante su Espíritu: Sal 33,6; Sal 104,30; Jdt 16,14. Dios crea con peso, número y medida: Sab 11,20.Los apóstoles descubren que esta Sabiduría es el Verbo o Hijo de Dios: Jn 1,3; Col 1,16. Por él Dios dispone el desarrollo de la historia: Heb 1,2. Dios hace madurar la creación infundiéndole su Espíritu: Sab 1,1-7; Sab 10; Sab 11,20; Sab 12,2. |
| 12 | Dios nos ha creado en su Hijo: nos hace hijos «en él»: Gál 3,26-29; Gál 4,4-7; Ef 1,3-4. Y da vida a la persona humana con su palabra y su Sabiduría: Dt 8,3; Pro 8,1-21; Lc 1,50-55. Ejemplos en Ex 3; Jue 6; 1R 19,6-8; Is 6,8; Jer 15,19-21 ( Ver también 153-156 ). |
| 13 | El universo alaba a su Creador: Sal 18,2; Sal 148; Ba 3,34; Dn 3,56-80. |
| 14 | Dios gobierna el universo: Sal 33; Sal 96; Ap 4,1-10. Dirige los acontecimientos para nuestro bien: Mt 6,31; Lc 12,5-7 Lc 12,5-7; Jn 16,23; Rom 8,28. Dios cuida de todas sus criaturas: Sal 104; Jon 4,11; Sab 11,23-26. |
| 15 | En el desarrollo del universo y la ejecución de los planes divinos intervienen criaturas espirituales llamadas ángeles: Za 1; Ex 23,23; Tobías; Dn 3,49; Dn 9,11. |
| 16 | Dios ha bendecido la humanidad y su desarrollo: Gén 1,28. Renovó su bendición después del pecado: Gén 8,21; Gén 9. Es Dios de todos los pueblos: Dt 33,3; Mal 1,11; y salvador de todos: Jon 4,11. |
| 17 | Dios castiga los pecados de los hombres (Ex 7,10), pero nunca deja de querer a los hombres: Gén 8,21. |
| 18 | Dios da signos a todos los hombres (He 14,17; Mt 2,1) y también les da profetas para interpretar esos signos: Núm 22,24; 1Sam 6; Jonás. Hay santos fuera del pueblo de Dios: Henoc (Gén 5,23), Melquisedec (Gén 14,18), Job y Daniel (Ez 14,14). |
| 19 | Sin embargo, para llevar a cabo su obra de salvación, no desde afuera, sino dentro del marco de la historia, y respetando las etapas necesarias, Dios se elige un pueblo suyo mediante el cual sus promesas llegarán a todos los pueblos: Gén 12,3; Gál 3,8 y Gál 14 (ver 37). |
| 2. Dios concede a Abraham su Alianza | |
|---|---|
| 20 | Primer paso de la Historia Sagrada: Dios llama a Abraham: Gén 12,1. El llamado de Dios a Abraham incluye una doble promesa: él le dará una descendencia (Gén 15,4; Gén 18,10) y una tierra: Gén 12,7. |
| 21 | Dios hace una Alianza con él. En adelante será el Dios de Abraham y sus descendientes para siempre: Gén 15,18; Gén 17,7; Is 51,2. |
| 22 | Esta Alianza hace de Abraham (y sus descendientes) el servidor de Dios y su obra en este mundo, para que la bendición de Dios llegue a todas las naciones: Gén 12,3; Gén 28,14. |
| 23 | En varias oportunidades Abraham demuestra su fe en las promesas de Dios, para el cual nada es imposible: Gén 15,1-6; Gén 22. |
| 24 | Dios deja en claro que se siente agradecido por la fe de Abraham (Gén 15,6) y por su obediencia (Gén 22,26 y Stgo 2,21) más que por el cumplimiento de cualquier práctica religiosa (Rom 4,3-4 y Rom 4,19-22). |
| 25 | La fe de Abraham lo hace amigo de Dios: Is 41,8; Dn 3,35; Stgo 2,23; y que vive con Dios más allá de la muerte: Lc 20,38. |
| 26 | Por su fe Abraham pasa a ser persona que cuenta a los ojos de Dios y es tomado en cuenta cuando él toma sus decisiones: Gén 19,17-33; Is 41,9; Is 43,1; Is 49,4. |
| 27 | La fe de Abraham indica el camino que, en adelante, se impondrá a todos los hombres para recibir las promesas de Dios: la fe en las promesas de Dios (Rom 4,20) el que puede incluso resucitar a los muertos: Heb 11,17-19. |
| 28 | La Alianza con Abraham es confirmada a sus descendientes: (Gén 28,10; Gén 32,23; Gén 49,28). Pero dicha alianza sigue siendo un favor de Dios y que se transmite, no a todos sus hijos por derecho de familia, sino a los que Dios designa: Gén 21,12; Gén 25,23; Rom 9,6-13. |
| 3. Moisés y el Exodo. El Dios Libertador y Justo | |
|---|---|
| 30 | Dios ve las humillaciones de su pueblo en Egipto (Ex 2,24 y Ex 3,7) y se acuerda de su Alianza con Abraham (Ex 2,24 y Ex 3,16). Dios llama a Moisés (Ex 3,1 y Ex 6,28) para liberar a Israel. |
| 31 | En la cultura hebrea, el que libera una cosa o una persona es el que la compra o la quita a su dueño para hacerla suya. Israel es liberado del poder de los egipcios para pertenecer a Dios: Ex 3,10 y Ex 3,12; Ex 19,4 y Ex 19,6; Ex 20,2 y Ex 20,3. |
| 32 | El Dios que libera a Israel le enseña su propio Nombre , o sea, algo de su misterio. Nombre con el que Israel lo invocará: Ex 3,14-15.Yavé: Yo Soy. Ver com. de Ex 3,1 y Jn 8.Yavé, El que Es, El que hace existir, el Dios que se fija en lo que no es y no cuenta, para humillar a los que se creen: 1Sam 2,4-8; Sal 113,7; Rom 4,17; 1Cor 4,17. Ver com. de Ex 3,4. |
| 33 | Yavé es el Dios Unico (Dt 6,4), al que no se puede figurar sin rebajarlo (Ex 20,4), totalmente diferente de todo lo que puede imaginar y forjar el hombre, o sea, de todo lo que se puede ver (Dt 4,12) y solamente por su palabra lo conocemos (Dt 4,12; Jn 5,38). Contra las imágenes: Dt 4,15 y com. de Is 46,5 y Ba 6. |
| 34 | Dios es Santo (Am 4,2; Os 11,9). La santidad significa vitalidad irresistible, pero muy interior, energía que devora y a la vez da vida. Dios es Santo, y Santo es su Nombre (Am 2,7; Lev 20,3; Is 57,15). Nadie puede soportar su presencia cuando se acerca (Ex 19,16; Is 16,1). El hombre no lo puede ver: Ex 3,2 y Ex 33,20; Jn 1,18; Col 1,15; 1Tim 1,17; com. de Gén 16,1. El hombre no puede juzgar sus actuaciones: Is 40,21; Ez 18,29; Job 38 y Job 42; Rom 11,33; 1Cor 2,9. |
| 35 | Dios es Celoso (Ex 20,5): no soporta que un extraño venga a profanar aquello que eligió o en que él se fijó, santificándolo por el hecho mismo (Núm 17,1). No soporta que sus empresas fracasen: Ez 36,22; Ex 32,12. No puede ceder su gloria a otro: Is 48,11. Fuego devorador y Dios celoso: Dt 4,23; Heb 12,29. |
| 36 | Dios es Justo. Perdona el pecado, pero no lo deja sin castigo: Ex 20,5; Jue 2,13-22; 2Sam 12; Jer 3; Os 2,3. Saca a luz los pecados: Jos ; 1R 21,20; Is 22,14; Mt 12,37. Dios es justo y sus mandamientos nos exigen ser justos: Ex 20,1-17. Ver 50. |
| 37 | El Dios Unico, Santo, Celoso y Justo es un Dios que actúa dentro de la historia y pide a los suyos actuar en la historia, a diferencia de los otros dioses que son dioses de la naturaleza (ver com. de 1R 17). El Dios Libertador (Ex 14;Ex 15; Ex 16 y Ex 17) también exige la conquista de la Tierra de Canaán: Ex 34,11-13; Núm 14 y com. de Ex 32. En adelante la religión de Israel, en vez de recordar sólo cosas del pasado, esperará nuevas liberaciones (Jue 4,6: 1Sam 17; 2R 18,19; 1Ma 4; Lc 1,73; He 1,6) y se fijará nuevas metas: Is 40,42; Is 65,66; Za 8,20-23; Dn 7,26-27; He 1,8. |
| 38 | En el Sinaí Dios celebra una Alianza con el pueblo que será su servidor para actuar dentro de la historia: Is 49,1-9; Sal 2; Sal 149,6-9. Los hace pueblo de sacerdotes y nación consagrada: Ex 19,6; Ex 24,3-11; 1P 2,9. Renovación de la Alianza: Jos 8,30; Jos 24; 2R 23,21; Ne 8. Hacia una Nueva Alianza: Jer 31,31; Ez 36,22; Mal 3,1. |
| 39 | La tradición hebrea considerará a Moisés como el primero de los profetas (Dt 18,18-20; Dt 34,10-12). Afirma que fue el primero en conocer el verdadero rostro de Dios: Misericordioso y Clemente, rico en Amor y Fidelidad: Ex 34,1-9. |
| 4. Tiempo de los Reyes a) Los primeros profetas enseñan que Dios es Amor y Fidelidad | |
|---|---|
| 40 | A partir de David se desarrolla el profetismo en Israel. Los profetas afirman que Dios es Amor y Fidelidad, en especial en el Deuteronomio. |
| 41 | Amor y Fidelidad: refrán del salmo 89: vers. 2,3,15,25,29,34,50. Dt 7,9; s2 2,6.Amor (o Favor , o gracia) de Dios para Israel. Lo escoge sin mérito suyo: Dt 7,7; Dt 9,5; Dt 10,15. Le da la Tierra (la tierra de Canaán) en herencia: Dt 4,1; Dt 4,38; Dt 6,10. Y lo hace hijo suyo: Dt 32,5-6; Os 11,1; Is 1,2.Le da prosperidad en la Tierra: Dt 7,12-15; Dt 8,18-19. Israel guardará los dones de Dios si cumple y ama a Dios: Dt 4,40; Dt 6,10-19; Dt 11,12-21. |
| 42 | Si Israel falta a Dios, él le quitará prosperidad y Tierra: Dt 4,24-31; Dt 28,15-68. Pero Dios, siempre fiel, convertirá a Israel después de castigarlo: Dt 30,1-10. Un resto de Israel se salvará (ver 1R 19,18 y 60,69 ). El destino de Israel, elegido, castigado y restaurado: Dt 32. Entonces los amaré: Os 14,5. |
| 43 | Amor (o Favor) de Dios a David. Le entrega el Reino y lo hace hijo suyo: 2Sam 7,12-16. En Israel, solamente los reyes eran considerados hijos de Dios: 2Sam 7,14; Sal 89,27-28; Sal 2,7. Por amor a David, Dios mantiene a sus descendientes: 1R 8,25; 1R 11,34.Por sus faltas ellos merecen que Dios los rechace: Jer 22,24. Pero él, misericordioso y fiel, establecerá nuevamente un descendiente de David ( ver 60 – 69). |
| 44 | Fidelidad o Verdad: en hebreo es la misma palabra, y es equiparada a amén, que significa: ¡es verdad! (2Cor 2,18-20). Toda palabra de Dios es fiel y se cumplirá: 1R 8,26; Ne 9,33. La fidelidad de Dios con Israel no puede desmentirse: Rom 11,28; Rom 15,8. |
| 45 | Los reyes deben conformar su política a las exigencias de la Alianza (Dt 17,16-20; 1R 13; 2R 9,6-10). Mientras los sacerdotes condenan las desobediencias a la Ley de Dios (2Cro 26,16), los profetas se fijan en las iniciativas que desmienten el espíritu de la Alianza: 2Cro 20,36; 2Cro 25,15. |
| 5. Tiempo de los Reyes b) Los grandes profetas hablan de Amor, de Justicia y de Humildad | |
|---|---|
| 50 | Amarás a Dios con todo tu corazón, toda tu alma (Dt 6,4). El amor a Dios, actitud interior, vale más que el culto: Os 6,6 y los sacrificios costosos: Mi 6,7-8; Jer 2,2. |
| 51 | El amor verdadero procede del conocimiento de Dios: Is 1,3; Jer 31,34; Os 2,22; Os 3,5. Conocer a Dios es reconocer su manera de actuar en los acontecimientos: Is 1,1-6; Is 22,8-14; Is 28,23-29; Is 30; Is 31,1-9; Is 42,18-25; Jer 6,10-16; Am 4,4-13; y escuchar a sus profetas: Is 6,9-12; Is 8,11-18; Is 41,21-29; Jer 13,15-17; Am 5,6-8; Za 7,9-12. |
| 52 | Amor y conocimiento de Dios serán los frutos de la Nueva Alianza, interior y don de Dios: Jer 31,31; y obra del Espíritu: Ez 36,27-30; Jl 3,1-2; alianza de Dios con los humildes y pobres de espíritu: So 3,11. |
| 53 | La Alianza debe tornarse en un verdadero matrimonio. Israel, novia de Yavé: Is 54; Is 61,10; Is 62,1-5. Israel comparado a novia infiel: Os 2; 2,3; Ez 16 y Ez 23. Las futuras bodas en el Amor y la Fidelidad: Os 2,20-25; Jn 1,17; Ap 21,2-4; Ap 21,9. |
| 54 | Dios, Justo y Santo, exige la Justicia social. Volver a una sociedad igualitaria y fraternal: Jer 34,8-19. El rico es un opresor: Is 5,8-9; Mi 3,9-11; Mi 2,9. La desigualdad, fuente de violencia: Is 5,7; Ez 22,23-25; Ez 24,6-8; Am 5,7-13; Mi 2,1-5. Las leyes injustas: Is 10,1-2; Am 5,7 . |
| 55 | Dios odia el orgullo procedente del dinero: Is 2,6-22; Is 3,16-24. Odia el orgullo procedente del poder: Is 14,5-21; Is 36,22-29; Is 47; Ha 2,6-13. |
| 56 | Dios prepara un Juicio destructor, llamado Día de Yavé: IS 1,24-28; Am 5,14-21; So 1,14-18 ; So 3,1-8. Un Juicio que restablecerá la justicia: Is 2,1-5; Is 4,2-6; Ez 34; y dará la paz definitiva: Is 9,1-7; Is 11,1-9; Is 32,15-20. Prepara una Ciudad de Justicia: Is 1,26; Is 60; Za 8,1-17. Y un triunfo de los humildes: Is 26,1-6; So 3,12-18. Y un consuelo a los oprimidos: Is 61,1-3. |
| 6. El Dios Redentor y su Mesías | |
|---|---|
| 60 | La palabra Redención significa en la Biblia lo mismo que Liberación. Uno libera algún objeto o persona que estaba en poder de otro, para hacerlo suyo: es un poco como comprar. Ver en Lev 25 la redención de los esclavos y las tierras empeñadas. Más todavía: Rut 2,20; Rut 3,12; Rut 4. |
| 61 | Dios Redentor saca a su pueblo del poder de los extranjeros: Jue 2,13-17; Dt 4,34; Ex 20,1; Ex 3,8. Después de la primera liberación de Egipto y numerosas liberaciones (Jue 3; Jue 4; 1Sam 7; 2R 19) se acredita en tiempos del Destierro la idea de que se acerca una liberación definitiva: Is 40; Is 41,8; Is 43,1-7. |
| 62 | También Dios hizo esperar que, salvando a su pueblo, daría paz a toda la tierra: Gén 12,3; Is 49,6. Esta esperanza tomó forma con el rey David: Israel creyó haber encontrado en este ungido (o Mesías ) el rey perfecto. A él se refieren Gén 49,10; Núm 24,7 y Núm 17. |
| 63 | Luego consideraron a David y sus descendientes como revestidos de un carácter sagrado, esperaron la venida de un Mesías semejante a David: Sal 132; Sal 72; Jer 30,9. Pero también entendieron que el Mesías aventajaría a todos los soberanos de la tierra y establecería el reino de Justicia y paz: Is 4,2; Is 9,1-7; IS 11,1-9; Sal 2; Sal 110. |
| 64 | Durante el Destierro el autor de la 2ª parte de Isaías ve en la minoría más creyente de Israel el Servidor de Yavé, instrumento de su salvación: Is 49,1-6; Is 50,1-9; Is 52,13–Is 53,12.La figura de un Mesías sufrido aparece también en Za 12,10-12. |
| 65 | En Dn 7,13 el Hijo del Hombre, que viene de Dios mismo, era tal vez una figura del Pueblo Santo (7,27). Pero Jesús lo considerará como un anuncio de él: Mt 24,30 y Mt 26,64. |
| 66 | Varios textos de la Biblia nos dejan en la duda: ¿no será Dios mismo el que visitará a su pueblo para encontrarse con aquellos que lo esperan? Is 25,6-10; Is 52,7-12; Is 63,19; So 3,14-18; Za 2,14-17. |
| 67 | Cuando la Biblia habla del Pastor que regirá a Israel, designa a veces al Rey Mesías (Jer 23,4; Mi 5,4; Za 13,7, a veces a Dios (Is 40,1; Mi 7,14; Cant 2,16; Sal 23,1; Sal 28,9; Sal 80,2) y fácilmente asocia el uno al otro: Ez 34,11-25. |
| 7. Los tiempos del Judaísmo: la religión de la Ley | |
|---|---|
| 77 | La Ley enseña la solidaridad dentro del pueblo de Dios: Amarás a tu prójimo (de tu misma raza y pueblo): Lev 19,18. Pero pide la separación y agresividad con los extranjeros: Ex 23,32; Dt 22,9-11; Dt 23,4, y en especial condena el matrimonio con extranjeras: Dt 7,3-5. Formas de solidaridad con el pobre: Ex 22,25-27; Dt 22,1-4; Dt 24,10-22; Dt 23,20; Lev 19,9-11; Lev 23,22; Lev 25,35. Respeto a los desamparados, la viuda, al huérfano y al forastero: Ex 22,22-24.El año de la Redención: Lev 25,13. |
| 78 | La Ley enseña el don a Dios y sus sacerdotes: Los diezmos: Ex 23,19; Ex 34,26; Núm 18,21-32; Dt 14,22-29. Los sacrificios: Lev 1,7. Los sacrificios voluntarios: Ex 25,1; Núm 6; Dt 16,16-17. Derechos de los sacerdotes: Lev 7,9; Lev 7,34-36; Núm 18,25-28; Dt 18,8-19. |
| 8. La enseñanza de los Sabios | |
|---|---|
| 80 | La Biblia hace de Salomón el primero y el modelo de los sabios: 1R 4,29-34; Sir 47,14. El sueño y el juicio de Salomón: 1R 3. Se le atribuyen varios libros de sabiduría posteriores a él: Pro 1,1; Ecl 1,1; Sab 9,12. |
| 81 | La sabiduría significa: Inteligencia práctica para regir su casa y alcanzar el éxito: 1R 10,6; Ez 28,1-7. Luego, esfuerzo para educarse y ser hombre responsable: Pro 1,20-27; Pro 9,1-5. Después, capacidad para ordenar su vida de acuerdo con la Ley de Dios: Pro 16,1-11; Sir 15,1-5; Sir 24,23-30. |
| 82 | ¿Cómo adquirir la sabiduría? La sabiduría es don de Dios: Sir 1,1; Sab 6,14-16; Sab 9,1-6. Se encuentra en los dichos de los sabios y la meditación de sus proverbios: Pro 1,6; Pro 13,20; Sir 6,34-36. En la dominación de los caprichos: Sir 11,1-10; Sir 23,1-7; Pro 16,32. En la perseverancia en las pruebas: Sir 2,1-14 y en el estudio: Sir 6,23-33. En la meditación de la Ley: Sir 32,7-24; Sir 39,1-11; Sir 51,17-21; Sal 119. En la reflexión sobre la experiencia: Ecl 1,12-18; Ecl 2,1-11; Sir 34,9-11. |
| 83 | Los sabios preguntan: ¿qué es el hombre? La casi totalidad del Antiguo Testamento se escribió entre judíos de cultura hebrea y expresa los conceptos de dicha cultura. Esta no distinguía en el hombre, como lo hacemos nosotros, una parte espiritual, o alma, y una parte material o cuerpo, sino que veían el hombre como uno solo y, al hablar de la carne, del cuerpo, del corazón, designaban sus varios aspectos. El hombre es llamado carne y sangre por cuanto es criatura mortal. Se llama alma por cuanto es ser viviente. El alma significa aliento (Gén 2,7 y Gén 7,22) y los judíos identificaban fácilmente el aliento con la vida (Sal 104,29). Además, creían que la vida estaba en la sangre (Lev 17,10-14). El espíritu designa su abertura a Dios. El corazón designa lo interior del hombre, no solamente sus sentimientos, sino su mente y su conciencia. Muy a menudo mi alma debe traducirse: mi persona, mi vida, o yo. A diferencia de los animales, el alma del hombre recibe algo del Espíritu, o soplo de Dios (Gén 2,7). El espíritu es a la vez espíritu del hombre y Espíritu de Dios en el hombre (Ecl 12,7). El hombre es libre y responsable de sus actos: Sir 15,11-21 y Sir 17,3-14. El hombre es pecador desde su nacimiento (Sal 51,7; Job 10 y Job 13). Este peso del pecado sobre él es el resultado del pecado de sus antepasados: él lleva las consecuencias de sus errores: Gén 3; Jer 31,29; Lam 5,7; Sal 106,6; Tob 3,3. El mal profundo del hombre es la muerte : Job 14; Ecl 3,18-22; Ecl 6,1-10; Ecl 8,7; Sir 42,9-14. |
| 84 | ¿Cómo debe ser la pareja? Se afirma la igualdad del hombre y de la mujer en el comienzo de la Biblia: ver los comentarios de Gén 1,26 y Gén 2,20. Pero eso va en contra de toda la corriente de la cultura hebrea, que es muy machista. La inferioridad de la mujer, reconocida por la Ley (Dt 24,1; Núm 5,11; Lev 27,3-7), es aceptada por los sabios: Ecl 7,27-28. La hacen responsable de los pecados del hombre (Pro 7,5-27; y piden vigilarla: Sir 42,9-12; Sr 25,15-26) y la elogian por cuanto sirve bien al señor marido: Pro 31,10-31; Sir 36,23-26. Solamente el Cantar reconoce su igualdad en el amor. |
| 85 | El trabajo y el esfuerzo del hombre son la condición de su superación: Pro 6,6-11; Pro 27,23-27; Sir 7,15. El trabajo ocupa al hombre (especialmente al esclavo) y lo disciplina: Sir 33,25-28. El trabajo no es todo en la vida: Ecl 2,4-11; Ecl 4,7-12. |
| 86 | En cuanto a las relaciones sociales, el orden social es aceptado con sus distinciones entre ricos y pobres, reyes y súbditos: Ecl 5,7-8; Ecl 4,1-3; Sir 8,1-3. El rey es respetado como representante de Dios: Pro 16,10 y Pro 24,21. Pero su compañía es peligrosa (Ecl 8,2-4; Sir 13,9-10) y se temen sus caprichos: Sir 16,12-15. Se debe vigilar a los inferiores (Sir 33,25-30) y a los jóvenes, desconfiar de su libertad y educarlos con firmeza: SIR 30,1-13. |
| 87 | Para agradar a Dios, el hombre debe ser humilde (Sir 10,6-26), misericordioso (Sir 28,1-7) y debe ser generoso con los pobres (Job 30 y Job 31; Sir 4,1-10; Sir 29,1-13). |
| 88 | ¿Cómo premia Dios al justo? Los sabios del Antiguo Testamento no sabían todavía del más allá (Ecl 3,17-22; Ecl 8,7-8; Sir 17,27-30). Por eso, sabiendo que Dios es justo, se esforzaban por averiguar la retribución divina en la presente vida. Dios es justo y no deja a los malos sin castigo (Job 18 y Job 20). Premia a los suyos, si no con dinero y larga vida (Pro 10,22-30; Pro 11,20-21; Pro 13,21-23), a lo menos dándoles paz y seguridad. Puede probarlos (Job 36; Sab 3,1-6), pero al final les devolverá: Sab 3,5; Sir 1,23; Sir 11,21-26. Sin embargo, algunos hacen resaltar las numerosas excepciones a esta retribución: Job 21 y Job 24; Ecl 7,15-16; Ecl 8,11-14 ( ver también en 90-92 ). |
| 89 | Sabiduría de Dios y sabiduría del hombre. Los sabios reconocen poco a poco en la Sabiduría de Dios algo que es como distinto de él, aunque uno con él: Pro 8,22 y Pro 30. Por medio de ella Dios creó el universo (Pro 8,22-30; Sir 24,3-4) y ella reluce en él: Sir 43. Ella asegura el desarrollo del plan de salvación: Sab 10 y Sir 24,9-29. Sabiduría que supera totalmente la mente humana (Job 9 y Job 28; Ecl 3,10) y solamente se comunica por revelación de Dios (Ba 3,9-29 y Ba 4,1-2; Sir 24,8-12 y Sir 24,23-25). La sabiduría es alimento salido de la boca de Dios: Dt 8,3; Pro 9,5; Sir 24,3 y Sir 24,19; Sal 9,11 y Sal 81,17. |
| 9. La Resurrección y el más allá | |
|---|---|
| 90 | Según enseña Jesús (Lc 24,27), toda la Biblia anunciaba la resurrección. Con sólo hablar de una Alianza de Dios vivo con el hombre mortal, daba a entender que debe compartir con él la vida para siempre: Ex 3,6 y Mc 12,26; Sal 16,11; Sal 23,6; Sal 73,25-26. |
| 91 | Pero eso no lo veían los creyentes del Antiguo Testamento, que solamente hablaban de una sobrevivencia triste y fantasmática en el Seol, o Lugar de los Muertos: is 38,18-19; Sal 88,12-13; Sal 115,17-18. |
| 92 | La persecución del tiempo de los Macabeos obligó a reflexionar sobre la suerte de los mártires y llegó a ser evidente que no habría justicia de Dios si él no los levantara (los resucitara) para una vida feliz en su presencia. Como la cultura hebrea no distinguía cuerpo y alma ( ver 83 ), afirmaron que el hombre surgiría del polvo, o volvería a tener vida en el momento del Juicio: Dn 12,2; 2Ma 7. |
| 93 | Pero en ese mismo tiempo penetró en Israel la cultura griega, la cual consideraba en el hombre algo material, el cuerpo, y el alma (que lo anima), muchas veces distinta del espíritu, que busca la verdad y el bien: 1Tes 5,23. Por eso, el último de los libros del Antiguo Testamento, la Sabiduría, afirma que el alma (o el espíritu) del hombre es inmortal y encuentra a Dios en la muerte: Sab 2 y Sab 3. Esta certeza se encontrará luego en todos los libros del Nuevo Testamento: Mt 10,28; 2Cor 5,1-8. |
El Nuevo Testamento: La fe de los Apóstoles
| 10. La persona de Jesús. Jesús y María | |
|---|---|
| 100 | Después de hablar tantas veces mediante los profetas, Dios habló una última vez mediante su Hijo (Heb 1,1) cuando llegó la plenitud de los tiempos (Gál 4,4). Jesús es el Hijo único y eterno (Col 1,13-15), el Verbo que es en Dios y es Dios frente al Padre (Jn 1,1 ; Ap 19,13). |
| 101 | El Hijo de Dios se hizo hombre (Jn 1,14 ). Jesús, hombre verdadero y no fantasma de hombre, ni Dios vestido de hombre, tomó la condición de esclavo y murió en cruz (Fil 2,6-11 ; Gal 4,4 ). Fuera de su Transfiguración (Lc 9,32 ) no se manifestó en su humanidad la Gloria que le correspondía como Hijo (Jn 1,14 Jn 17,5), sino que quiso madurar mediante el sufrimiento, como cualquier hombre (Heb 4,4 Heb 5,7-8 ). Desde el comienzo Jesús estuvo consciente de quién era (Lc 2,49 y Heb 10,5). Pero no por eso lo sabía todo (com. de Mc 6,2), y descubrió poco a poco las exigencias de su misión (com. de Lc 3,21 y Lc 9,31). |
| 102 | Jesús se ubica en nuestra historia. El Evangelio sitúa su nacimiento (Lc 2,1 y Mt 2,1; Jn 7,42); el comienzo de su ministerio público (Lc 3,1-2; Lc 3,22); su muerte en tiempo del gobernador Pilato y el Sumo Sacerdote Caifás (Jn 11,49). Nacido en Belén, se cría en Nazaret (Mt 2,23; Lc 4,16), donde trabaja; no sale para hacerse discípulo de algún maestro (Jn 7,15) |
| 103 | Jesús empieza predicando en las sinagogas (Lc 4,15; Mc 1,21) e inaugurando el Reino de Dios (Mc 1,15 y 110-118 ). Llega a reunir muchedumbres (Mt 5,1 y Mt 14,14). Después de un tiempo se produce una crisis (Jn 6,66) y Jesús se dedica a formar a sus discípulos (Mc 9,30) que formarán el núcleo de su Iglesia (Mt 16,16; Lc 22,24-32). Luego, se prepara para su muerte ( 130-138 ), que corona su resurrección ( ver 140-148 ). |
| 104 | Jesús hacía milagros, igual que los profetas, pero de otra manera que ellos, como quien tiene autoridad divina (Mc 4,35-38). Habla con autoridad (Mc 2,1-12;Mt 5,21; Mt 5,28; Mt 5,32). Fácilmente se coloca en el lugar que a Dios le corresponde (Mc 11,26-27 Mc 2,1-12; Lc 7,36-50; Mc 8,34-38). Afirma ser una sola cosa con el Padre (Mt 11,26-27; Jn 5,18; Jn 8,58; Jn 10,30; Jn 10,37-38). |
| 105 | Jesús se negó habitualmente a que lo llamaran hijo de Dios (Mc 3,11; Mc 5,7) porque este título se daba tradicionalmente a los reyes de Israel (2Sam 7,14; Sal 89,27) y Jesús lo era en forma muy diferente de ellos. Prefiere llamarse Hijo del Hombre (Mt 26,64) refiriéndose a Daniel 7,13 ( ver 65 ). Pero Pedro primero (Mt 16,16), y luego la Iglesia reconoció a Jesús como el Hijo de Dios (He 9,20). Ver 140-145. |
| 106 | El Hijo eterno del Padre no llegó del cielo a la humanidad, sino que nació de un pueblo, Israel, y de una mujer (Gál 4,4), María, asociada en forma única al designio eterno del Padre (com. de Lc 1,26). El que debía ser recibido por la «virgen de Israel» (Is 7,14; Sol 3,14; Za 2,14; Za 9,9), nació de una madre virgen (Mt 1,18; Lc 1,26 y com. de Mc 6,1). La fe y el consentimiento de María permitieron que se realizara en ella la obra del Espíritu Santo (Lc 1,45). |
| 107 | María interviene en el Evangelio: para la santificación de Juan Bautista (Lc 1,39), para que Jesús inicie su ministerio (Jn 2,Caná), para recibirnos como hijos adoptivos (Jn 19,25). Se habla de ella en el nacimiento y la infancia de Jesús (Lc 2; Mt 2). Dos textos nos obligan a reconocer que su grandeza no está en haber dado la vida a Jesús según la carne, sino en haber sido el modelo de los creyentes (Mc 3,31; Lc 11,27). La nombran en el primer núcleo de la Iglesia (He 1,14) |
| 108 | Estos son los textos bíblicos que nos ayudan a expresar lo que es María para Dios y para la Iglesia: Gén 3,15; Is 7,14; Cant 4,12-16; Pro 8,22-31; Jdt 13,18-20; Jdt 16,9-10; Ap 12. |
| 11. Jesús proclama el Reino de Dios | |
|---|---|
| 110 | Jesús empieza proclamando tiempos nuevos, anunciados por los profetas, tiempos de la gracia de Dios: Mc 1,14; Lc 4,21; Lc 4,19. |
| 111 | Jesús proclama el Reino de Dios (o Reino de los Cielos: Mt 5,1 y com. de Mt 6,9). Y sus milagros son signos de que este Reino de Dios ya está entre los hombres (Mt 11,26-27; Lc 17,21), con poder para sanar todos sus males: Mt 9,35. |
| 112 | El Reino de Dios significa que Dios ahora se da a conocer como Padre (Mt 6,1; Mt 6,9; Mt 6,18;…) y debe ser reconocido como tal por sus hijos (Mt 11,26-27). Toda la novedad del Reino está en un conocimiento nuevo de Dios (Jn 4,23), conocimiento del Padre (Jn 7,28-29) y del Hijo (Jn 17,3), que nos capacita para entrar en una relación de perfecta comunión con Dios (Jn 1,17; Jn 3,36), aquella misma que anunciaba (Os 2,21 ). |
| 113 | El Reino de los Cielos es proclamado primeramente a los pobres (Lc 4,18; Lc 6,20; Lc 7,22). Ellos entran primero (Lc 16,9) y tendrán un papel decisivo en la extensión del Reino: Lc 12,32-34; 1Cor 1,26; Stgo 2,5-7 No porque los pobres sean mejores, sino porque la fuerza de Dios se manifiesta mejor en la flaqueza humana (1Sam 17; 1Cor 1,29; 1Ma 3,18; 2Cor 12,9) y le gusta salvar lo que estaba perdido (Is 49,2; Lc 1,25; Lc 19,10). Rebaja a los orgullosos y llega a los humildes: Lc 16,15; 1Sam 2,3-8. Es significativo que las primeras promesas del Reino sean para un rey fastuoso (2Sam 7,13; 1R 8,24), y las últimas para los pobres de Yavé (So 3,12; Za 9,9; Sal 132,15), creyentes oprimidos (Dn 3,30; 1Ma 2,7), explotados por los ricos y oportunistas (Sal 55; Sal 58; Sal 123,3). Estos acogen mejor el Evangelio (Lc 2,8; Lc 10,21; Lc 4,18). |
| 114 | El hecho de que Dios reine no significa que los hombres en adelante lo dejarán actuar: más bien actuarán con más libertad, liberándose de prejuicios (Mc 7,15; He 10,15 y He 10,34) y leyes (Lc 14,3; Col 2,16), preocupados por hacer fructificar sus talentos (Mt 25,14-30). |
| 115 | La salvación de los hombres no se hace desde arriba, exterminando a los malos (Mt 13,24; Mt 26,53), sino que es cosa sembrada entre los hombres (Mt 13,1; Mt 13,31), que crece lentamente (Mc 4,26 ), primeramente en las personas (Mc 4,14; Mt 13,44; Jn 3,3), y luego se hace realidad visible (Mt 5,14; Lc 12,32) que se concreta en la Iglesia (Mt 16,18). |
| 116 | Los contemporáneos de Jesús creían que el Reino empezaría después del Juicio de Dios, que separaría a buenos y malos (Is 1,25-28; Is 4,2-5; So 1,14; Mal 3,1-2; Mt 3,9-12). Jesús dice que este juicio no es para hoy (Mt 13,32; He 1,7). Sin embargo, desde ya los hombres se juzgan por su actitud frente al Evangelio (Jn 3,18-20; Jn 12,46). Los pueblos también: Lc 10,13; Lc 14,19; Mt 23,37. |
| 117 | Jesús se presenta en esto como el Enviado del Padre (Jn 6,29; Jn 10,36 ) y sus apóstoles descubren la relación única que lo une al Padre (Lc 11,1; Mc 1,35; Lc 6,12; Mc 14,37; Jn 4,31-34; Jn 16,32 ). Jesús dice: Mi Padre (Mt 7,21; Mt 10,32; Mt 16,17; Mc 25,34) y el Padre de ustedes (Mt 5,16; Mt 10,20). Nunca dice: nuestro Padre. |
| 118 | Para los judíos la conversión al Reino de Dios significaba a la vez: reconocer que vivían en un tiempo excepcional (Lc 12,54; Mt 11,21; Mt 12,41), y que debían superar la crisis que los dividía (Lc 12,57 ; Lc 13,5) aceptando esta nueva visión de Dios Padre y de una primacía de la misericordia (Lc 15) y la reconciliación (Mt 19,23). |
| 119 | El pueblo judío, en su gran mayoría, no se convirtió a este llamado (Mt 12,45; Lc 13,34) y facciones fanáticas lo llevaron a la catástrofe anunciada por Jesús (Mt 21,43; Mt 22,7; Mt 23,35-37; Lc 21,23 y Lc 23,28-31). |
| 12. Jesús prepara su Iglesia | |
|---|---|
| 120 | La Iglesia (He 9,31) y las Iglesias (Gal 1,22). La Iglesia de Dios (He 20,28) y las Iglesias de Dios (1Cor 11,16; 1Tes 2,14). La Iglesia es el pueblo espiritual de Dios. Iglesia significa: la Asamblea convocada por Dios, o la Asamblea de los elegidos de Dios. Estos son llamados también santos: las Iglesias de los santos (1Cor 14,33). |
| 121 | Para renovar Israel, y luego extender el Reino a las naciones (Mt 10,5; Mt 15,24), Jesús proyecta su Iglesia fundada sobre Pedro (Mt 16,18) y los apóstoles (Mt 10,1). Puesto que Israel en su mayoría no creyó, la Iglesia llevará la luz a las naciones y los convertidos de todas las naciones ocuparán los asientos desocupados al lado de los judíos que entraron con Jesús (Mt 8,10; Jn 10; Mt 21,43; Mt 22,9). En ella el Reino se concretará de alguna manera (ver com. de Mt 13,31). |
| 122 | A Jesús lo siguen discípulos que creen en él (Lc 6,17; Lc 19,37). Dentro de ellos escoge a quienes quiere (Mc 3,13; Jn 15,16) para que sean sus apóstoles (Mc 8,34). Ellos serán el núcleo de su Iglesia (Lc 22,28-30). Jesús les pide rupturas (Mc 8,34; Lc 9,57) y fidelidad total a su persona (Mt 10,37; Lc 14,25). |
| 123 | Jesús les enseña las bases de la convivencia en la Iglesia. El más grande se hará servidor de los demás (Mc 10,43; Mt 18,6 y Mt 18,10). Ninguno se hará Padre, Maestro o Doctor, sino que la autoridad respetará la igualdad fundamental de todos y su relación directa a Dios (Mt 23,8). La Ley suprema será el amor (Jn 13,34-35 y Jn 15,12-14). El amor se manifestará primeramente en el perdón (Mt 18,21 y Mt 18,23) y la preocupación por unir (Jn 17,21). Las decisiones de la Iglesia serán ratificadas por Dios (Mt 16,19 y Mt 18,18). |
| 124 | El crecimiento del Reino dentro de un mundo que rechaza la luz es fuente de conflictos y traerá persecuciones a la Iglesia (Lc 12,49-53; Jn 15,18-25; Mc 13,13; Mt 5,11; Ap 12,13-18). La primera crisis histórica será la guerra romana que finalizará con la destrucción de Jerusalén (Mc 13,5-31). Ver com. de Mt 24. Otras crisis seguirán hasta la última que verá la vuelta de Cristo y el Juicio: Mt 16,27; He 3,21; 1Tes 4,16; Mc 13,24-27; 2Tes 2; Ap 19,11-21 Ap 20,7. |
| 13. El Sacrificio de Jesús | |
|---|---|
| 130 | La muerte de Jesús no es un accidente en su vida (Heb 10,5). Desde el comienzo, él se preparó para enfrentarla (Mt 20,28; Jn 11,9; Jn 12,27). La anunció repetidas veces (Mc 8,31; Mc 9,9 Mc 9,30; Mc 10,32; Lc 13,31). Se hizo totalmente responsable de ella (Jn 10,28-30; Jn 19,30), sabiendo que esta Hora era la de su triunfo (Jn 7,6-8; Jn 12,31; Jn 17,1-2). |
| 131 | El sacrificio de Jesús es como una segunda revelación de la justicia de Dios (Rom 3,25-26), que viene a completar la del Antiguo Testamento. El Dios castigador echaba fuera a los pecadores (Gén 3,22-23); Dios hecho hombre sana a los malos aceptando que lo rechacen (Jn 1,11; Mt 21,37). El Dios libertador demostraba su soberanía (Ex 15; Dn 4 y Dn 5); Jesús escoge el último lugar para salvar (Mt 20,28). |
| 132 | Los que fueron víctimas de la sociedad son los que después de muertos tienen mayor poder para inquietarnos. Jesús escoge el último lugar (Fil 2,8) para después llevar al arrepentimiento a la sociedad que lo condenó (Za 12,10; Jn 19,37; Ap 1,7) y, con eso, atrae a todos hacia él (Jn 12,32). |
| 133 | Desde los orígenes de la humanidad los hombres ofrecían sacrificios. El holocausto (eso es víctima totalmente quemada) expresaba la total sumisión a Dios: Lev 1,1; 1Sam 15,22; Sal 51,18; Heb 10,6-7. La sangre derramada expiaba los pecados (Lev 5; Lev 17,11; Heb 9,22). Las víctimas que se comían en un banquete de comunión hacían beneficiar a los participantes de la santidad divina (1Cor 10,18). El sacrificio del cordero renovaba la alianza de Dios con los suyos (Ex 12; Sal 50,5). |
| 134 | La muerte y resurrección de Jesús constituyen el nuevo y definitivo sacrificio que reemplaza a todos los demás (Heb 7,27; Heb 9,25). Por eso, Jesús es llamado Cordero de Dios (Jn 1,29). Su sacrificio se identifica con la Pascua Nueva (Pascua significa: Paso) que lleva a la existencia santa y definitiva (Lc 12,50; Lc 22,16; Rom 6,4; 1Cor 5,7, com. Mc 15,16). |
| 135 | El sacrificio de Jesús le permitió alcanzar su perfección y recibir las dotes que hacen de él el Jefe y la Cabeza de la humanidad (Is 53,11-12; He 2,33; Heb 2,10; Heb 5,7) Ver 203. |
| 136 | Su muerte dolorosa con efusión de sangre consigue el perdón de los pecados de toda la humanidad (Is 53,10; Mt 26,28; Rom 3,21; Rom 5,9; Rom 5,19; Rom 8,3), nos reconcilia con Dios (Rom 5,10; Rom 5,20; 2Cor 5,17; Col 1,21), nos rescata (1Pe 1,18), nos da la libertad (Rom 7,4; Ef 1,17), inicia un proceso que lleva a la solución de todas las contradicciones que hay en el universo (Rom 8,19; Ef 2,16; Col 1,20). |
| 137 | El sacrificio de Cristo nos manifiesta el amor de Dios, que es tanto generosidad del Padre (Rom 8,3; Jn 3,16; 1Jn 4,10) como obediencia del Hijo (Mc 14,36; Rom 5,6; 1Jn 3,16). En el corazón abierto de Jesús (Jn 19,34) contemplamos el secreto del amor de Dios, que quiso deslumbrarnos con su capacidad de entregarse totalmente para restaurar la confianza en su creatura perdida (Rom 5,8). |
| 138 | La muerte y la resurrección de Jesús nos enseñan el sentido de nuestra propia vida: el que sacrifica su vida la lleva al nuevo nacimiento (Lc 17,33; Jn 12,24-26; Jn 16,21; Jn 17,9). Nos indican las exigencias del amor verdadero (Jn 15,13) y del apostolado (2Cor 6,3-10; 2Cor 12,14) y el valor de nuestras pruebas (Jn 15,2; 2Cor 12,9-10). |
| 14. La Resurrección. Jesús Señor de la Historia | |
|---|---|
| 140 | Jesús ha resucitado, conforme lo había dicho (Mc 9,9-10); conforme a las Escrituras (Lc 24,25-27; 1Cor 15,4; He 2,30). Las manifestaciones de Jesús resucitado en Jerusalén y en Galilea: Mt 28; Mc 16; Lc 24; Jn 20 y Jn 21; 1Cor 15,5-8. La Resurrección tiene dos sentidos: Jesús ha vuelto a la vida (Lc 24,5; He 2,24) y Jesús ha sido glorificado, o exaltado (Jn 17,1; He 2,33; He 3,13). La última manifestación de Jesús (o Ascensión) expresa este segundo aspecto de la resurrección (Mt 28,17-20; Lc 24,50; He 1,9). |
| 141 | Al resucitar Jesús, su humanidad acabó de ser transformada por las energías divinas, recibiendo en plenitud la vida que el Padre comunica a su Hijo (Jn 1,14; Jn 17,1; He 2,32; Rom 1,3). Jesús ahora es reconocido como Hijo de Dios. Siendo el Hijo resplandor del Padre (Heb 1,1), Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, es en este universo creado, la manifestación del Dios Invisible (Jn 14,9; Col 1,15). En él se cumplen las promesas del Antiguo Testamento (Mt 12,41-42; Mt 23,35-36; Jn 8,56; Ap 5). El es, ahora en cuanto hombre, la cabeza de toda la creación (Col 1,18), superior a toda criatura, material o espiritual (Heb 1,4-14). |
| 142 | Jesús ha salido de Dios (Jn 13,3; Jn 16,27; Jn 17,8) y vuelve al Padre por su muerte y resurrección (Jn 16,28) para que llegue a su perfección la relación filial que lo une al Padre (He 2,33; Rom 1,4). Para expresar su fe en Jesús, Hijo de Dios hecho hombre, un solo Dios con el Padre, la Iglesia lo llama Señor. De los dos nombres que designaban a Dios, Dios y Señor, reservó el primero para el Padre, y el segundo para Cristo (ver Rom 10,9; Fil 1,11; com. de Jn 11,2; Jn 13,2; Jn 20,2). |
| 143 | Jesús reemplaza la figura del Dios-Soltero por la del Dios-Comunión. Comunión entre el Padre y el Hijo (Jn 1,1; Jn 1,18; com. de Jn 5,19; Mt 11,26; Jn 13,32; Jn 17). Comunión en el Espíritu Santo (Jn 14,16; Jn 15,26). |
| 144 | La Iglesia de los Apóstoles bautiza en el nombre único del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19) y reconoce un solo Dios con tres Personas divinas, al que llamamos Santísima Trinidad: 1Cor 6,11; 1Cor 12,4; 2Cor 13,14; Ap 1. |
| 145 | Jesús resucitado es ahora Señor de la Historia: es decir que domina y dirige las fuerzas materiales y espirituales, visibles e invisibles que plasman nuestra historia: Jn 12,31; Ap 1,18; Ap 6; Col 1,18 ; Col 2,10; y com. de Mc 16,9. Pablo muestra a Cristo superior a las Fuerzas celestiales que, en aquel tiempo, eran consideradas dueñas del destino y de la historia de los hombres (Ef 1,10; Ef 1,29; Col 11,6). Este dominio de Cristo significa que la humanidad ha llegado a su mayoría de edad (Gál 4,3-5). |
| 146 | En adelante la salvación se hace por el Nombre de Jesús, o sea, por el poder divino (Fil 2,9-10) que irradia de su persona (He 4,30; 1Jn 2,12; com. de Mc 16,17). Toda obra salvadora proviene al mismo tiempo de Cristo y del Espíritu (1Cor 12,4-6; 2Cor 3,16-17) y es atribuida a Cristo Señor o a su Espíritu (Jn 6,35-36; Jn 7,38-39; Mc 9,38; Lc 11,20; Ef 4,7; 1Cor 12,7). |
| 15. La Nueva Creación, el don del Espíritu, el Misterio de la Reconciliación | |
|---|---|
| 150 | Jesús no vino solamente para reparar los pecados de los hombres, sino para rehacer nueva la creación (Jn 5,20). Esta nueva creación se realiza mediante el don del Espíritu Santo (1Cor 15,45). Esta obra significa antes que nada una resurrección de las personas y una reconciliación universal (Jn 5,21). |
| 151 | La violación del sábado por Jesús (Mc 2,28 y Jn 5,29) y el reemplazo del sábado por el domingo (ver com. de He 20,7) significa una voluntad de reordenar la primera creación en seis días (Jn 5,17y com. de Gén 2,; Ap 3,14). Cumpliendo lo anunciado por los profetas (Is 25,6-10; Is 32,15-20; Is 65,17-19; Ez 37; Ez 47,1-12). La muerte de Jesús expresa la muerte de todo lo anterior a él (2Cor 5,14; Gál 2,19). Se perdonan los pecados (Rom 6,10; Heb 9,28). Las leyes y el culto del Antiguo Testamento son como transfiguradas en Jesucristo (Rom 7,4; Gál 4,5; Gál 5,4; Col 2,16). Se niegan todas las distinciones de sexo, de clase y de nación (Gál 3,28; Gál 6,15; 1Cor 12,13; Col 3,11). Somos criaturas nuevas (2Cor 5,17; Gál 6,15; Col 1,15; Ef 2,10; Ef 2,15), que tienden a una perfecta semejanza con Dios Padre (Ef 4,24; Col 3,10). Esta nueva creación debe abarcar todo el universo: Rom 8,18-25 |
| 152 | En forma especial, la nueva creación significa una abolición de las leyes del Antiguo Testamento. Estas no eran más que la sombra de las realidades definitivas (Col 2,17; Heb 8,5; Heb 10,1; Mt 11,13) que empiezan con Cristo. Contar con la circuncisión (Gál 5,2; Gál 6,12) o con las otras prácticas de la Ley (Col 2,16; Rom 14,14-20) es volver atrás y renegar de la gracia de Dios (Col 2,20; Gál 2,18). El que quiere ser justo con prácticas y méritos (Lc 18,9; Fil 3,7-9) pierde la justicia y santidad verdaderas, don de Dios en Cristo: Col 2,11; Fil 3,9. |
| 153 | La nueva creación se realiza mediante el don del Espíritu Santo que da vida (Sal 104,30; Jn 6,63; Rom 8,2). La glorificación de Jesús debía preceder el don del Espíritu (Jn 7,37-39; He 2,32-33; Jn 16,7). El Espíritu nos hace libres (Gál 4,7; Gál 5,13-18). Nos comunica el perdón de los pecados (Jn 20,22; 1Cor 6,11). Nos hace hijos (Rom 8,14-17). Nos da el conocimiento de los designios misteriosos de Dios (1Cor 2,10-12; 1Jn 2,20). Las comunicaciones del Espíritu en la Iglesia son primicias (Rom 8,23) y garantía (Ef 1,14; 2Cor 1,22; 2Cor 5,5) de nuestra total transformación por él en el mundo venidero (1Jn 3,2-3; Rom 8,18). |
| 154 | La nueva creación no conoce la muerte, consecuencia del pecado (Rom 5,12; Ap 20,15; Ap 21). Es cierto que una parte de nosotros llamada hombre exterior (2Cor 4,16) u hombre viejo (Rom 6,6; Ef 4,22; Col 3,9) o carne (2Cor 4,11; Gál 6,8; Rom 8,3) sigue caminando hacia la muerte (Rom 8,10; 2Cor 5,16; 2Cor 13,4; 1P 3,18). Pero el hombre interior (Rom 7,22; Ef 3,16) es vida por participar del Espíritu (Rom 8,10-11). |
| 155 | Jesús resucitado es el que nos comunica las fuerzas de resurrección (Jn 5,25; Col 2,12; Col 3,1; Rom 5,21; Rom 6,6; Rom 8,4) y el que nos resucitará (Jn 5,28; Jn 6,39-58; Jn 11,25; Rom 8,10-11; Fil 3,20). Ahora bien, da a conocer el Misterio (Ef 3,3; Ap 10,7), o sea, el plan asombroso que guardaba secreto (Ef 3,9; Rom 16,25; Col 1,26). Toda su obra de creación, de salvación y de santificación tenía por fin la alabanza de su gracia y generosidad (Ef 1,6; Ef 1,12). Todo lo tenía depositado en su Hijo Amado (Ef 1,1-6) y por él lo reciben todos los hombres. Todos los pueblos son llamados a ser un solo cuerpo en él (Ef 1,22; Ef 3,5-6 ) y por él entran a compartir la misma Gloria de Dios (Col 1,27; Ef 2,6). Este plan empezaba con la salvación de Israel (Rom 11,25) y se extiende al universo entero (Col 1,27). |
| 156 | Este Misterio exige una reconciliación universal en un universo dividido por la naturaleza, los prejuicios y el pecado (Ef 2,14-16; ver 151: distinciones). El ministerio de los apóstoles es de proclamar y extender esta reconciliación (2Cor 5,20-21; Rom 15,16) ya anunciada por Jesús (Lc 4,19); el culto propio del Nuevo Testamento consiste en llevar a cabo esta reconciliación (Rom 15,16). |
| 157 | En esta obra Jesús aparece como el Mediador único entre Dios y los hombres (1Tim 2,5; Heb 9,15; Heb 12,24), siendo el que intercede por ellos (Heb 2,17-18; Heb 4,15-16) y les consigue los bienes propios de la Nueva Alianza (He 13,34; Heb 9,11; Heb 10,20). |